El Black Friday llegó a España en 2012 gracias a la iniciativa de Mediamarkt. En su primer año, no tuvo toda la acogida deseada. Sin embargo, tras la participación de El Corte Inglés y Amazon, las ventas en esta época del año aumentaron en el país. Desde entonces, el número de españoles que han comprado en ese día no ha hecho más que crecer, aunque ha disminuido el gasto medio por habitante hasta situarse en los 200 euros debido a la crisis causada por la pandemia.
A pesar de la situación actual, este presupuesto sigue siendo elevado si lo comparamos con el de otros países, como Turquía, donde se sitúa en 71 euros. Además, el Black Friday ha evolucionado considerablemente en su forma desde su introducción en España. Lo que comenzó como un día con descuentos significativos en el sector de la tecnología, se ha transformado en una jornada de rebajas en todos los negocios, incluso en los supermercados.
A medida que la festividad se ha expandido, otros sectores se han unido a ella, como el turismo y la hostelería. Nadie quiere renunciar a celebrar el día del consumismo por antonomasia. El Black Friday ha tenido un impacto significativo en los patrones de consumo, y ha cambiado el esquema tradicional de las rebajas, que se celebraban después de los Reyes y en verano. La liberalización del calendario de rebajas en España fue una de las iniciativas que contribuyeron a la consolidación del Black Friday.
El éxito del Black Friday se debe en gran medida a su época de celebración. Al celebrarse a finales de noviembre, marca el inicio de las compras navideñas en todo el mundo, uno de los momentos más importantes para cualquier negocio. En España, muchos consumidores aprovechan este día para comenzar sus compras navideñas. Las ventas en el Black Friday concentrarán un 15% de las compras previstas para Navidad, según el último estudio de consumo elaborado por Deloitte.
Otro factor que ha influido en el auge del Black Friday es la digitalización de las empresas. La pandemia del COVID-19 hizo que la venta digital fuera la única opción para llegar al consumidor, lo que llevó a las empresas a invertir en el canal online.
Aunque los productos tecnológicos continúan siendo los más vendidos en el Black Friday, cada vez más sectores se abren a él. Según Ariadna Casasus, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y de la Empresa de la UOC, en la actualidad, la tecnología copa un 40% de las ventas, seguida por la moda y los complementos que representaron el año pasado el 34% de las ventas. El ocio y los viajes no se quedan atrás, lo que significa que ya representan cerca del 10% de las ventas. Y detrás de un aumento de la demanda hay una campaña de marketing.
La inflación es un factor de preocupación para el sector del gran consumo, aunque esto no afectará necesariamente al Black Friday. Los consumidores se planificarán con antelación para aprovechar las promociones de Black Friday, y según it Reseller, el 55,7% de los españoles realizará alguna compra en Black Friday. En todo caso, es importante que las empresas ofrezcan ofertas y promociones interesantes para que los consumidores se sientan atraídos y puedan beneficiarse de compras a mejor precio.