Recuerdos Resonantes: Voces que Persisten en el Tiempo

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Este sábado, las calles de València se han visto inundadas una vez más por una multitud de ciudadanos que han exigido la dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. La cuarta manifestación en este contexto ha tenido lugar bajo una persistente lluvia, simbolizando la lucha continua de aquellos que demandan justicia tras la devastadora Dana que golpeó la región hace tres meses. Las cifras de asistencia han sido motivo de discrepancia, situándose en torno a los 25.000 participantes según la Delegación del Gobierno y 7.000 según la Policía Local.

El recorrido de la protesta, que comenzó en la emblemática plaza del Ayuntamiento, abarcó diversas calles icónicas de la ciudad, culminando en la plaza de la Virgen. Este trayecto no solo fue un acto de reivindicación, sino también un homenaje a la memoria de las víctimas de la catástrofe. La Muixeranga de Algemesí, patrimonio cultural profundamente afectado, lideró la manifestación, representando una resistencia cultural frente a la adversidad.

Entre los participantes se encontraban víctimas directas de la Dana, familias que han sufrido pérdidas irreparables, así como representantes de asociaciones y del ámbito educativo. Todos ellos se unieron bajo el contundente lema ‘Mazón dimissió’. A lo largo de la marcha, se pudieron ver pancartas que denunciaban la falta de acción y la gestión negligente del gobierno regional ante la tragedia.

Las voces de la protesta han subrayado la inacción del Consell en todas las fases del desastre, reclamando responsabilidades no solo a nivel gubernamental, sino también empresarial, por haber expuesto a miles de trabajadores a peligros innecesarios. Familias como la de Aitana, quien perdió a su abuelo en las inundaciones, han expresado su profundo dolor y frustración por la falta de comunicación y apoyo institucional, lo que ha acentuado el sentimiento de abandono durante un proceso de duelo y reconstrucción de sus vidas.

Los portavoces de las entidades presentes han manifestado que la repetición de estas movilizaciones es respuesta a la continuidad del desastre, el cual se ha transformado en una crisis humanitaria exacerbada por la falta de previsión y respuesta adecuada. Han criticado el abandono de sectores clave como la educación, la cultura y los servicios sociales, insistiendo en que la dignidad del presidente Mazón está en juego y debe dimitir.

A pesar de la lluvia, la jornada de protesta ha culminado con la lectura de un manifiesto, un emotivo minuto de silencio por las víctimas y el sonido de la alarma de Protección Civil. Este sonido, que resonó en los teléfonos el día de la catástrofe, ha adquirido un especial significado, cerrando una manifestación que no solo busca justicia, sino que refuerza el clamor por memoria y cambio en la Comunitat Valenciana.