Toledo se ha consolidado como un referente en innovación educativa mediante el uso responsable de las tecnologías digitales, en una iniciativa que involucra a 74 centros educativos de Castilla-La Mancha. Este esfuerzo busca fomentar un entorno seguro y saludable para los jóvenes, mediante la implementación de proyectos innovadores dirigidos tanto a estudiantes como a docentes.
El pasado 8 de noviembre de 2024, el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, hizo un anuncio significativo durante la presentación de la VI Edición de la Ciberliga. Este programa, que se dirige a alumnos de 4º de Educación Secundaria Obligatoria, tiene como finalidad implicar a la comunidad educativa en prácticas que promuevan el uso crítico y responsable de la tecnología, destacando la importancia de la participación activa en la sociedad.
“Estamos comprometidos con la prevención y el buen uso de las tecnologías”, subrayó Pastor, quien también enfatizó que uno de los principales objetivos de la Estrategia Regional para el Bienestar Emocional en las Aulas es la prevención de adicciones, tanto a sustancias como a dispositivos tecnológicos. Esta estrategia busca proporcionar formación y recursos a la comunidad educativa, alertando sobre los peligros del uso excesivo de la tecnología y fomentando un consumo responsable.
La Ciberliga, apoyada por la Guardia Civil, es un elemento clave en este esfuerzo, ya que busca difundir la cultura de la ciberseguridad y mejorar el ecosistema educativo en esta materia. En esta edición, se han sumado 25 centros educativos y la participación de 2,259 alumnos, distribuidos entre varias provincias: 759 de Toledo, 272 de Albacete, 320 de Ciudad Real, 381 de Cuenca y 527 de Guadalajara.
La presentación de esta iniciativa contó con la presencia de destacadas autoridades, entre ellas el general jefe de la Guardia Civil en Castilla-La Mancha, Francisco Javier Cortes, y otros representantes de la educación y seguridad regional. Gracias a estos programas, Castilla-La Mancha se posiciona como líder en la promoción de un entorno escolar que prioriza tanto el bienestar emocional como el uso responsable de la tecnología entre las nuevas generaciones.
