Santi Urdiales, entrenador del BM Caserío, compartió su profunda emoción tras un partido crucial. En los minutos finales, hizo una pausa para recordar a todas las personas que han formado parte del club a lo largo de los años, subrayando la importancia de la comunidad en el balonmano. Su reflexión reflejó tanto su compromiso inquebrantable con el equipo como su sincero aprecio por aquellos que han contribuido a la historia del club.
Durante su discurso, Urdiales destacó el impacto que cada jugador y cada miembro del staff ha tenido en su trayectoria. Resaltó cómo esta unión transforma al BM Caserío en una verdadera familia, donde el sentimiento de pertenencia resulta fundamental para el rendimiento del equipo. Este lazo crea un entorno propicio para que los jugadores prosperen, tanto dentro como fuera de la cancha.
Mirando hacia el futuro, Urdiales concluyó su intervención con un mensaje de esperanza. Con la fase de ascenso a la Liga Asobal en el horizonte, el entrenador se mostró optimista sobre las posibilidades y el potencial del equipo. Este impulso, sostiene, se basa en la confianza y el esfuerzo colectivo, elementos imprescindibles para alcanzar nuevas metas y permitir que el club siga creciendo. La unión y el trabajo en equipo serán clave en este camino hacia el éxito.