Los gigantes tecnológicos europeos Ericsson y Nokia han tomado la delantera en la cumbre «Una Nueva Ambición Industrial para Europa», que se llevó a cabo en Bruselas. Durante este encuentro, que contó también con la participación de empresas como ASML y SAP, se hizo un llamado urgente para revitalizar el sector tecnológico en el continente y mejorar su competitividad en el ámbito global.
La cumbre reunió a destacados representantes políticos y empresariales, entre los que se incluyen a Henna Virkkunen, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica, y Enrico Letta, expresidente del Consejo de Ministros de Italia. Ambos líderes discutieron diversas estrategias necesarias para fortalecer la posición tecnológica de Europa frente a futuros retos.
Según los datos presentados en el evento, el sector tecnológico europeo atraviesa un periodo crítico. Las cifras indican que las inversiones en investigación y desarrollo (I+D) en Europa están muy por debajo de las de Estados Unidos; de hecho, las siete principales empresas tecnológicas de EE. UU. invirtieron en 2023 lo equivalente al 50% de toda la inversión en investigación tecnológica de Europa. Este déficit, sumado a una regulación fragmentada y la falta de escalabilidad, ha puesto al continente en una posición vulnerable frente a sus competidores globales. Pekka Lundmark, CEO de Nokia, advirtió que “la competitividad europea ya tiene un pie en la tumba”, aunque también destacó que hay oportunidad para revertir esta situación si se actúa con celeridad.
La importancia de la conectividad avanzada, en especial del 5G, fue uno de los temas centrales discutidos. Börje Ekholm, CEO de Ericsson, enfatizó que «las redes que sostienen la economía europea deben ser seguras y confiables». La implementación del 5G Toolbox fue etiquetada como una prioridad esencial para garantizar la resiliencia económica y la capacidad innovadora del continente. Henna Virkkunen añadió que esta infraestructura es crucial no solo para la economía en general, sino también para sectores estratégicos como la defensa y la transición energética.
Se presentaron recomendaciones concretas, basadas en los informes Draghi y Letta, que sugieren acciones clave, entre ellas: incrementar la inversión en tecnologías emergentes como inteligencia artificial y semiconductores, reducir la fragmentación regulatoria para fomentar un mercado digital único y promover la consolidación en el sector de telecomunicaciones para poder competir en el escenario mundial. Además, se propuso alinear la conectividad con la sostenibilidad y los objetivos ambientales de la Unión Europea.
El CEO de SAP, Christian Klein, subrayó que la digitalización es un componente esencial para el crecimiento económico en Europa. También pidió un marco regulador que alivie la carga administrativa y favorezca la inversión en innovación. Christophe Fouquet, CEO de ASML, advirtió sobre la necesidad de actuar rápidamente para beneficiarse de tendencias globales como la inteligencia artificial y la transición energética, señalando que “el resto del mundo no está esperando”.
La cumbre ha sido considerada un momento decisivo para el futuro tecnológico de Europa. Los líderes presentes coincidieron en que la próxima Comisión Europea debe actuar con rapidez y determinación para evitar que el continente quede rezagado en la economía digital. Como concluyó Pekka Lundmark: “Si Europa toma las decisiones correctas ahora, puede liderar la próxima era digital”. El mensaje es claro: el tiempo es un factor crítico, y las decisiones tomadas hoy determinarán el éxito futuro de Europa en un mundo cada vez más digital.