El aroma recién molido de un café de especialidad se mezcla con los acordes de un vinilo de jazz en el Jaç Hi-Fi Café, el nuevo refugio sonoro de Barcelona. Ubicado en el número 335 de la avenida Diagonal, este espacio no es una cafetería al uso: es un homenaje a la música en alta fidelidad, diseñado para quienes creen que escuchar un disco puede ser tan íntimo como leer un libro.
La idea surgió de un viaje a Japón. Sus fundadores, fascinados por la tradición de los jazz kissa —bares donde la música es la protagonista absoluta—, decidieron traer ese concepto a Barcelona. El resultado es un local de 95 metros cuadrados en los que el nogal, la iluminación tenue y una acústica cuidada recrean un ambiente cálido y exclusivo. «Queríamos un sitio donde la gente se detuviera, dejara el móvil y se perdiera en la música», explica uno de los impulsores del proyecto.
Música, café y diseño mediterráneo
Al entrar, lo primero que llama la atención es la barra de madera, integrada con estanterías repletas de vinilos cuidadosamente seleccionados. No solo hay jazz: The Police, Tina Turner y hasta clásicos del soul suenan en este rincón, donde cada detalle está pensado para la escucha consciente.
El arquitecto Isern Serra ha sido el encargado de darle forma al espacio, combinando la esencia de los jazz kissa con materiales locales. La propuesta gastronómica también sigue esa línea: tostadas con tomate y embutidos ibéricos, repostería casera y cafés de origen, todo elaborado con productos de proximidad.
¿El horario? De lunes a viernes, de 8:30 a 17:00, y los fines de semana, de 9:30 a 18:00. Un guiño a quienes buscan empezar el día con un buen café o hacer una pausa sin prisas.
Barcelona, capital de los amantes del sonido
Jaç no es el primer listening bar de la ciudad —Oblicuo Hi-Fi Bar abrió sus puertas en 2018—, pero sí confirma el auge de estos espacios en Europa. Mientras Londres y Nueva York ya han abrazado la tendencia, Barcelona consolida su escena con un local que, en pocos meses, ya ha acogido presentaciones de marcas y eventos privados.
Y mientras tanto, en otras partes de la ciudad, las buenas noticias se multiplican: una librería invita a café a quienes busquen refugio en días de lluvia, y pronto, un Paseo de la Fama celebrará a los talentos catalanes ganadores del Goya. Barcelona sigue demostrando que, más allá del turismo masivo, late un corazón cultural lleno de propuestas únicas.
En Jaç, como en aquellos bares japoneses de los años 20, la música no es un acompañamiento, sino la razón de ser. Una invitación a frenar, a escuchar… y a dejarse llevar.
(Nota: Las referencias a otros locales y proyectos forman parte de un contexto más amplio sobre la vida cultural barcelonesa, pero el foco central del artículo es Jaç Hi-Fi Café.)