Castilla-La Mancha ha dado un paso significativo en la conservación del lince ibérico al llevar a cabo la primera translocación interautonómica de un ejemplar de esta especie, trasladando un individuo a Castilla y León. Esta acción forma parte del protocolo de actuación coordinada para la translocación de linces ibéricos establecido por el Grupo de Trabajo del Lince Ibérico.
La consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, destacó la importancia de esta iniciativa desde la localidad de Astudillo, en Palencia, donde, junto al consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, se procedió a la suelta del ejemplar conocido como ‘Venadillo’. Este lince, nacido en libertad en 2024 en la Sierra Morena Occidental, se suma a los 134 ejemplares que actualmente residen en Castilla-La Mancha.
El lince, originario del municipio de Guadalmez en Ciudad Real, fue trasladado previamente al Centro de Recuperación de El Chaparrillo, donde se le realizó un chequeo de salud. Tras verificar su estado, fue trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Valladolid para cumplir un periodo de cuarentena antes de ser liberado en su nuevo hábitat.
Gómez subrayó que esta translocación es la primera de su tipo para reforzar poblaciones entre diferentes comunidades autónomas. Las translocaciones son técnicas de gestión utilizadas para fortalecer las poblaciones de especies en peligro o protegidas en áreas donde su número es insuficiente, como ha ocurrido en el ‘Cerrato palentino’. Esta región se quedó sin linces a finales de la década de los 80, y actualmente se trabaja en su recuperación, con la liberación ya de seis ejemplares.
A pesar de que esta ha sido la primera translocación interregional, la consejera destacó que, en Castilla-La Mancha, ya se han realizado otras translocaciones para fortalecer las poblaciones en diversas zonas, como en los Campos de Hellín en Albacete y en la nueva área de reintroducción en la provincia de Cuenca, conocida como la Veguilla y Sierra Jaramilla.
Gómez enfatizó la relevancia de la colaboración entre varias administraciones y grupos involucrados, incluidos los técnicos de las consejerías, agentes medioambientales, poblaciones locales, grupos conservacionistas y el sector cinegético. Esta cooperación es fundamental para lograr avances significativos en la conservación del lince ibérico.
La consejera también reveló que Castilla-La Mancha alberga actualmente el mayor número de linces ibéricos, con 942 individuos, lo que representa el 46 por ciento de la población española y el 39,2 por ciento del total ibérico. Estos datos posicionan a Castilla-La Mancha como la región que más linces aporta al censo en comparación con otras comunidades autónomas y Portugal. Además, la región ha registrado un récord de 405 cachorros nacidos en libertad, junto con la tasa de reproducción más alta de la Península, alcanzando un promedio de 2,3 cachorros por hembra territorial.
vía: Diario de Castilla-La Mancha