El uso de coches eléctricos está en auge en España, convirtiéndose en una opción cada vez más común para los conductores. Este crecimiento en la adopción de vehículos eléctricos plantea nuevas dudas, especialmente en el ámbito residencial: ¿es posible instalar un punto de recarga para un coche eléctrico en una plaza de garaje comunitaria sin la necesidad de solicitar permiso a la junta de propietarios? La respuesta es afirmativa y está respaldada por la Ley de Propiedad Horizontal (LPH).
La LPH incluye, desde hace un tiempo, disposiciones específicas que facilitan el desarrollo de la movilidad eléctrica. En particular, el artículo 17.5 establece que la instalación de un punto de recarga en una plaza de garaje individual solo requiere una comunicación previa a la comunidad. Esto significa que el propietario no necesita el consentimiento ni el voto de la comunidad para realizar la instalación, lo cual difiere de otras modificaciones que sí requieren autorización, como cerrar un patio o cambiar la fachada del edificio.
No obstante, para que esta normativa se aplique, deben cumplirse dos condiciones esenciales: primero, la instalación debe estar ubicada en una plaza de garaje individual de titularidad privativa; y segundo, el uso de este punto de recarga debe ser estrictamente privado, relacionado únicamente con el propietario o inquilino de la plaza. Es importante destacar que cualquier instalación de puntos de recarga comunitarios requiere, en cambio, un acuerdo previo entre los propietarios.
Todos los gastos relacionados con la instalación del punto de recarga correrán a cargo del propietario interesado. Esto incluye desde la compra del dispositivo y el cableado hasta las tarifas de electricidad asociadas y los costos de mantenimiento. Además, la instalación debe seguir el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión, lo que subraya la importancia de realizar este tipo de instalaciones de forma segura y profesional, preferiblemente a través de un instalador autorizado.
Desde el punto de vista administrativo, aunque la LPH solo exige una “comunicación previa”, es aconsejable que el propietario siga un protocolo para evitar complicaciones futuras. Esto incluye enviar un escrito formal al presidente o administrador de la comunidad, adjuntar un presupuesto o memoria técnica del instalador, y anunciar la intención de realizar la instalación con antelación suficiente para permitir la planificación adecuada.
Con el aumento en la demanda de vehículos eléctricos, la integración de infraestructuras adecuadas en las comunidades de propietarios se anticipa como una necesidad creciente. Muchas comunidades ya están considerando planes a largo plazo que faciliten la instalación de puntos de recarga para otros propietarios en el futuro, estableciendo criterios uniformes que eviten la desorganización y garanticen la seguridad. Esto permitirá no solo un mejor manejo del espacio común, sino también una adaptación a las necesidades energéticas del futuro, donde se espera que más del 60% de los vehículos sean eléctricos o híbridos.
Finalmente, es crucial que los propietarios de plazas de garaje que deseen instalar un sistema de recarga para su coche eléctrico estén bien informados sobre sus derechos y responsabilidades. Determinados aspectos, como la imposibilidad de la comunidad para prohibir la instalación y la necesidad de mantener un sistema de carga claro y seguro, son fundamentales para garantizar una convivencia armónica entre todos los vecinos.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
