La organización católica Cáritas Diocesana de Albacete ha presentado su memoria del año 2024, donde se revela que alrededor de 2.400 familias de la provincia, lo que equivale a más de 8.000 personas, han sido beneficiarias de sus programas de asistencia. En esta ocasión, la entidad ha delineado un plan de actuación a tres años en Letur, con una inversión superior a dos millones de euros, destinado a ayudar en la reconstrucción del municipio afectado por la DANA el pasado octubre.
Rosa García, directora de Cáritas Diocesana de Albacete, ha enfatizado que las labores de la organización se sustentan en «el trabajo social, la generosidad, la comprensión y ponernos al servicio especialmente de los más necesitados». García puntualizó que «detrás de cada número» hay una historia de una persona que extendió una mano, que se movilizó y escuchó.
El agradecimiento de la directora se extiende a los más de 2.000 donantes, 150 voluntarios, 250 empresas colaboradoras y un centenar de trabajadores que apoyan la labor de la organización.
Antonio García, secretario general de Cáritas Albacete, ha ofrecido detalles sobre el impacto de sus programas. A través de la Atención Primaria, se han beneficiado unas 6.000 personas, mientras que los proyectos de Formación y Empleo han ayudado a otros mil. El programa de Infancia, Adolescencia y Familia ha atendido a 575 niños y la Mediación Jurídica ha sido útil para 2.255 personas. A pesar de la recuperación económica tras la pandemia, se sigue sintiendo el impacto de la subida de precios en recursos esenciales, especialmente a raíz del conflicto en Ucrania.
García ha señalado que, aunque el programa de empleo ha visto una reducción en el número de atenciones debido a la mejora en las cifras de desempleo, persiste la paradoja de que los salarios no son suficientes para cubrir las necesidades básicas. «El empleo mejora, pero no protege», ha resumido.
La dificultad de acceder a la vivienda se ha acentuado por el aumento de precios, sobre todo en el alquiler. En este contexto, los beneficiarios llegan a destinar hasta un 70% de sus ingresos a gastos de vivienda. Como resultado, un 30% del total de su programa de ayudas a fondo perdido se destina a cubrir estos costos, el doble que en 2023. Esta situación ha sido calificada como un «pozo de incertidumbre» que genera problemas de endeudamiento y hace que la vivienda sea un derecho cada vez más inaccesible.
El obispo de Albacete, Ángel Román, ha valorado el esfuerzo realizado por Cáritas, a pesar de las limitaciones y la gran cantidad de personas necesitadas. Aunque no siempre se logran resolver todos los problemas, se asegura que «se les toma en serio, se les escucha y se les ofrece nuestra ayuda». Román ha enfatizado que el trabajo de Cáritas se centra en apoyar a los necesitados sin distinción de credo o bautismo, afirmando que «todos somos criaturas de Dios». El obispo ha garantizado que la colaboración con la organización continuará con «una entrega total», comprometido a ser parte de «esta historia de salvación».
vía: Diario de Castilla-La Mancha