La emoción del balonmano se vivió al máximo en el Quijote Arena durante el enfrentamiento entre el BM Caserío y el Cangas del Morrazo, correspondiente a la segunda ronda de la Copa del Rey. Más de 2.000 espectadores se congregaron para alentar a su equipo local, que, a pesar de competir en una categoría inferior, se mostró decidido a dar la sorpresa ante un rival de la ASOBAL.
Desde el inicio del partido, el BM Caserío demostró una notable solidez defensiva y ofensiva. Este esfuerzo permitió que se fueran al descanso con una ventaja de dos goles, gracias a un juego intenso y bien estructurado. Las actuaciones individuales brillantes de los jugadores locales generaron una gran conexión con la afición, que siguió cada jugada con gran expectación.
La segunda mitad trajo consigo un desafío mayor para el Cangas, que respondió a la presión elevando su nivel de juego. A pesar de los intentos del equipo visitante por revertir el marcador, el BM Caserío mostró firmeza y carácter en cada acción, lo que mantuvo el encuentro en un constante vaivén emocional. El apoyo de los aficionados resonó en el estadio, mientras los jugadores luchaban cada balón con la esperanza de lograr la hazaña.
Finalmente, el encuentro culminó con un resultado de 36-39 a favor del Cangas. A pesar de la eliminación, el BM Caserío se marchó del campo con la frente alta, habiendo demostrado su capacidad para competir en la élite del balonmano. Este partido no solo representó un final amargo, sino también el inicio de una nueva etapa, llena de retos y la firme ambición de seguir mejorando y aspirar a futuros enfrentamientos entre los mejores. La experiencia vivida en el Quijote Arena dejó claro que el sueño copero sigue vivo y que el compromiso del equipo con su afición es inquebrantable.