El Gobierno de Castilla-La Mancha ha avanzado significativamente en la modernización de la atención a la salud mamaria al instalar mamógrafos digitales con tomosíntesis y mamografía de contraste en los hospitales de Tomelloso, Manzanares, Puertollano y Valdepeñas. Esta mejora garantiza que toda la provincia de Ciudad Real cuente con tecnología de vanguardia para el diagnóstico de patologías mamarias.
Durante la celebración de la XI Carrera ‘Marcha Rosa’, organizada por la Asociación de Cáncer de Mama y Ginecológico (AMUMA), el delegado provincial de Sanidad, Francisco José García, enfatizó que esta iniciativa es parte del plan de renovación tecnológica que el Gobierno autonómico ha estado implementando desde hace más de diez años. El objetivo de este plan es reemplazar los equipos de mamografía digital convencional por mamografías con tomosíntesis, que mejoran la precisión en el diagnóstico y ofrecen beneficios clínicos superiores a las pacientes.
García reiteró el compromiso del Gobierno regional con la detección precoz del cáncer de mama y la modernización de los recursos sanitarios. Se ha destinado cerca de dos millones de euros a la adquisición de siete nuevos mamógrafos, cuatro de los cuales ya están operativos en los hospitales mencionados.
La mamografía con tomosíntesis es particularmente eficaz en la detección del cáncer de mama en mujeres con tejido mamario denso, ya que reduce los falsos positivos y, por tanto, la necesidad de biopsias innecesarias. Esta tecnología proporciona imágenes tridimensionales de alta resolución, mejorando la visualización de lesiones y permitiendo diagnósticos más precisos.
En cuanto al programa de detección precoz, García destacó la alta participación de mujeres en este programa, vigente desde 1993. En lo que va de 2025, 25.923 mujeres han sido citadas, con una tasa de asistencia superior al 91%. De las examinadas, el 94,7% ha obtenido resultados normales, mientras que un porcentaje menor ha requerido revisiones próximas o estudios adicionales.
Este enfoque no solo busca mejorar la calidad de vida de las mujeres afectadas, sino también reducir la mortalidad asociada a esta enfermedad, utilizando técnicas avanzadas para detectar lesiones en etapas iniciales. El programa está dirigido a mujeres asintomáticas de entre 45 y 70 años, asegurando un control regular a través de citas cada dos años y, si es necesario, revisiones intermedias conforme a los hallazgos médicos.