Madrid, 10 de abril de 2025.- En el marco del Pleno del Consejo Interterritorial de Internacionalización, la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha ha presentado propuestas clave para abordar los desafíos que plantean los aranceles impuestos por Estados Unidos. La reunión, presidida por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se realizó en un contexto marcado por la incertidumbre, donde la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, subrayó la necesidad de evaluar cómo estas medidas afectan no solo a las exportaciones directas, sino también a las cadenas de suministro y a las empresas involucradas.
Durante su intervención, Franco destacó las primeras iniciativas que Castilla-La Mancha ha puesto en marcha para medir el impacto de los aranceles en el tejido económico local. En el encuentro, que también contó con la participación de Javier Rosell, director general de Empresas, se entabló un diálogo constructivo con representantes de diversas comunidades autónomas, así como de la CEOE, las Cámaras de Comercio y los sindicatos CCOO y UGT.
El ministro Cuerpo, por su parte, presentó un plan de respuesta del Gobierno de España, que incluye un aplazamiento de 90 días en la aplicación de algunas de las medidas arancelarias, en respuesta a la administración Trump. Franco hizo énfasis en la importancia de un mensaje de unidad y colaboración entre las diferentes partes involucradas, abogando por la simplificación de la burocracia y un trabajo conjunto más eficaz.
Una de las propuestas clave de Castilla-La Mancha fue la incorporación de un tercer nivel de trabajo en grupo, que incluiría la participación de institutos de promoción exterior regionales y del ICEX. Esta iniciativa busca mejorar el intercambio de información y garantizar que las comunidades tengan acceso a datos más detallados sobre exportaciones y comercio internacional, vital en tiempos de incertidumbre arancelaria.
Franco también hizo hincapié en que la evaluación del impacto de los aranceles debe ir más allá de las cifras de exportación, considerando también los efectos en las cadenas de valor y en empresas locales que podrían verse afectadas por el llamado «efecto sede». Mencionó que, en Castilla-La Mancha, el queso manchego representa un 21% de las exportaciones a Estados Unidos, lo que resalta la vulnerabilidad de la región ante las políticas comerciales internacionales. Además, alertó sobre situaciones críticas en municipios como Almansa, que se enfrentan a una posible disminución en las exportaciones de calzado.
Por último, Franco instó a los asistentes a reflexionar sobre los efectos colaterales de estas políticas arancelarias, que podrían provocar una saturación del mercado europeo con productos asiáticos, perjudicando a sectores tradicionales como el textil y otros ya amenazados por la competencia global. La complejidad de la situación actual subraya la urgencia de estrategias adecuadas que permitan proteger y fortalecer el tejido económico tanto de Castilla-La Mancha como del conjunto de España.