Castilla-La Mancha, una de las regiones vitivinícolas más importantes de España, ha registrado una disminución del 30% en los remanentes de vino y mosto en comparación con el año anterior. Según Julián Martínez Lizán, consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la región, se han contabilizado casi 11 millones de hectolitros de excedentes, con 9 millones de hectolitros de vino y 1.5 millones de hectolitros de mosto.
A pesar de esta reducción en la producción, Lizán destaca que se ha experimentado un aumento en el ritmo de comercialización, alcanzando cifras récord en ventas durante el mes de abril. Este logro se atribuye a la calidad cada vez más reconocida de los vinos de Castilla-La Mancha, resultado del compromiso y dedicación de los viticultores y enólogos de la región.
En cuanto a inversiones y mejoras en el sector vitivinícola, se ha aprobado un total de 42 iniciativas destinadas a la modernización de bodegas, con una inversión de 26.7 millones de euros y respaldo en subvenciones de 12.5 millones. Estas acciones se suman a los esfuerzos continuos por impulsar la infraestructura vitivinícola en la región, con una inversión total de 364 millones de euros en el último periodo.
En relación a las perspectivas para la próxima cosecha, se estima una producción de 24 a 25 millones de hectolitros, con un ambiente favorable en las últimas semanas. A pesar de las posibles adversidades climáticas, Lizán se muestra optimista sobre las estimaciones preliminares y la demanda existente en el mercado.
El consejero también aborda la inquietud sobre la posible sustitución de cultivos de viñedo por otros como almendros o pistachos, reconociendo la importancia histórica de la viticultura en la región como un pilar económico fundamental que representa el 5% del PIB.
En el marco del Comité Regional Vitivinícola, se discutieron temas como la situación del mercado del vino, el desarrollo de la futura Interprofesional Vitivinícola de Castilla-La Mancha y las modificaciones en el pliego de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) ‘Vinos de la Tierra de Castilla’, así como la implementación de libros telemáticos digitales para las bodegas.
En resumen, a pesar de los retos a los que se enfrenta el sector vitivinícola en Castilla-La Mancha, se vislumbra un futuro prometedor gracias a la calidad de sus productos, las inversiones en modernización y el compromiso de todos los actores involucrados en la industria del vino en la región.
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