En Castilla-La Mancha, la tasa de variación anual del Índice de Precios al Consumo (IPC) se ha situado en un 1,6% al cierre de mayo. Este dato refleja una ligera disminución de una décima respecto al mes de abril. Comparando con el nivel nacional, donde la media del IPC se encuentra en un 2%, la región se posiciona cuatro décimas por debajo de esta cifra.
El análisis de los distintos grupos de consumo revela que tanto la vivienda como los alimentos continúan siendo sectores con significativos incrementos en sus precios. Esta tendencia tiene un impacto directo en las economías familiares, especialmente en aquellas que afrontan mayores niveles de vulnerabilidad económica.
En el sector de la vivienda, el incremento de precios está relacionado con factores como los costes energéticos y el mantenimiento. Por otro lado, en la alimentación, la variabilidad en los costes de producción y transporte repercute en el precio final de los productos, generando una carga adicional para los consumidores.
La situación actual presenta desafíos significativos para los hogares de Castilla-La Mancha, que deben lidiar con el incremento de costes en bienes esenciales como el alojamiento y la alimentación. Ante este contexto, se hace necesario analizar y discutir posibles medidas para mitigar el impacto económico en las familias más afectadas.
Fuente: CCOO Castilla-La Mancha.
vía: Diario de Castilla-La Mancha