El narcotráfico en España ha alcanzado niveles alarmantes, con un aumento significativo en la cantidad de cocaína incautada durante el último año. Las operativas de seguridad, especialmente las realizadas por la Guardia Civil, han puesto de manifiesto la gravedad de la situación. El 9 de febrero de 2025, se logró incautar 1.580 kilos de cocaína en Sanlúcar de Guadiana, Huelva, como parte de una serie de esfuerzos concertados para combatir este problema.
En un operativo días antes en Oviedo, cinco personas fueron detenidas cuando transportaban 486 kilos de cocaína en una embarcación que se encontraba en riesgo de hundirse. En otra acción, la Policía Nacional interceptó 124 paquetes de cocaína que estaban destinados a una «guardería» en Málaga, mientras que las autoridades desmantelaban una red que enviaba cocaína desde Ecuador a través del aeropuerto de Madrid, alcanzando una incautación significativa de 7.000 kilos en Coria del Río, Sevilla, a finales de 2024.
Uno de los golpes más notorios se produjo el 6 de noviembre del año anterior, cuando las autoridades interceptaron un récord de 13,062 toneladas de cocaína ocultas en un envío de bananas en el puerto de Algeciras, la mayor incautación de este tipo en la historia del país. Esta operación resalta la creciente audacidad de los narcotraficantes y su capacidad logística.
Expertos en narcotráfico sugieren que las redes albanesas, que desempeñan un papel fundamental en la distribución de cocaína en Europa, han cambiado su estrategia al inundar el mercado con precios considerablemente bajos, situando el kilogramo de cocaína sin cortar entre 18.000 y 19.000 euros. Esta táctica, junto con el objetivo de controlar las cadenas de suministro desde Sudamérica (Ecuador, Brasil, Colombia), ha incrementado la presión sobre las fuerzas de seguridad en España.
El uso del método del «gancho ciego» se ha consolidado como la técnica preferida para el trasiego de la droga, revelando la existencia de complicidades dentro del personal de los puertos españoles. Esta técnica permite el ingreso de cocaína oculta entre mercancías legales, con Málaga y Valencia, este último considerado el tercer puerto de Europa en términos de entrada de cocaína, siendo los principales escenarios de importantes incautaciones.
Este continuo flujo de cocaína no solo está reconfigurando las dinámicas del narcotráfico en España, sino que también ha establecido a los clanes albaneses como los principales abastecedores a nivel europeo. Su colaboración con grupos locales ha elevado la intensidad de los operativos contra el narcotráfico. A pesar de esta presión creciente, el mercado de cocaína sigue mostrando una sorprendente resistencia a las fluctuaciones económicas, manteniendo constante el precio de venta al consumidor, lo que refleja el profundo arraigo de este lucrativo negocio criminal en la sociedad.
