Claudia Montes, conocida por su paso por certámenes de belleza, ha regresado al centro de atención mediática, pero esta vez por razones muy distintas a las habituales. La modelo y ex Miss Asturias se ve ahora involucrada en una investigación sobre supuestas irregularidades en contratos públicos, que también salpican al exministro de Fomento, José Luis Ábalos.
Montes, quien en 2019 describió a Ábalos como “una maravillosa persona” durante un evento electoral en Gijón, se encuentra en una situación compleja. Su nombre ha surgido en informes que relacionan su trabajo como auxiliar administrativa en Logirail, una filial de Renfe, con posibles irregularidades en la gestión de pagos entre diciembre de 2019 y febrero de 2022. Este caso ha sido vinculado al de Jésica Rodríguez, expareja de Ábalos, debido a transferencias sospechosas desde INECO, consultora del Ministerio de Transportes.
Natural de Galicia y afincada en Asturias, Montes ganó notoriedad en 2017 al ser elegida Miss Asturias en el certamen Mrs +30 Spain. Este reconocimiento la catapultó a los medios de comunicación, donde su vida personal empezó a ser objeto de especulación, especialmente tras su supuesto vínculo con el cantante David Bustamante en 2018. Aunque nunca se ha confirmado públicamente su relación, la imagen de Montes se asoció constantemente a figuras del espectáculo.
Además de su trayectoria en el mundo de la moda, Montes ha defendido públicamente la igualdad de género, resaltando la importancia del respeto entre mujeres. Ha manifestado que “no hay mujer fea, sino mal arreglada”, lo cual ha suscitado debates en redes sociales.
La situación actual de Claudia Montes, marcada por su conexión con irregularidades en contratos públicos, la coloca en un nuevo ámbito de controversia, donde el interés mediático trasciende su trayectoria en certámenes de belleza, abriendo un debate que involucra la política y la justicia.