El 81% de las brechas de seguridad ocurren debido a contraseñas débiles o robadas, lo que plantea una seria amenaza a la seguridad digital de usuarios y organizaciones. Proteger tus cuentas comienza con elegir una contraseña segura. Para ayudar a mejorar la seguridad en este aspecto, expertos en ciberseguridad ofrecen una serie de recomendaciones que son esenciales para la protección de la información personal y sensible.
Una de las claves es utilizar contraseñas largas y complejas, compuestas por un mínimo de 12 caracteres que incluyan una combinación de letras, números y símbolos. Esto dificulta considerablemente que un atacante pueda descifrar la clave. Por ejemplo, mientras que una contraseña de 8 caracteres puede ser adivinada en minutos, una de 15 o más caracteres podría tardar siglos en ser crackeada.
Asimismo, es fundamental evitar utilizar datos personales, como nombres de familiares, fechas significativas o cualquier tipo de información que sea fácil de adivinar. Los hackers suelen recurrir a este tipo de información cuando intentan acceder a cuentas ajenas. Además, cada cuenta debe tener su propia contraseña única. La reutilización de contraseñas en diferentes servicios es un error común que puede llevar a que un ciberataque comprometa múltiples cuentas simultáneamente.
Para los que tienen dificultad para recordar tantas contraseñas, se recomienda el uso de un gestor de contraseñas. Herramientas como 1Password, Bitwarden o Dashlane no solo generan contraseñas seguras, sino que también las almacenan de manera cifrada, facilitando el acceso sin poner en riesgo la seguridad. Además, activar la autenticación de dos factores (2FA) añade otra capa de protección. Esta opción combina la contraseña con un código temporal enviado a un dispositivo, lo que hace mucho más difícil que un intruso consiga acceder a la cuenta.
Los expertos advierten que los errores más comunes incluyen el uso de contraseñas fáciles de adivinar y la práctica de reutilizar claves en diferentes plataformas. Un alarmante 44% de los usuarios repiten contraseñas, lo que aumenta significativamente el riesgo de sufrir un robo de información. Para mitigar estos riesgos, se deben crear contraseñas únicas para cada servicio y emplear un gestor de contraseñas.
En conclusión, el cuidado y la gestión adecuada de las contraseñas son fundamentales para mantener la seguridad en línea. Con el creciente número de amenazas cibernéticas, es esencial que tanto los individuos como las organizaciones adopten prácticas adecuadas para proteger sus datos. Implementar estas sencillas estrategias puede ayudar a reducir el riesgo de convertirse en víctima de un ciberataque.