En su último encuentro, el equipo de Manzanares no logró convertir las oportunidades que se le presentaron, sufriendo una derrota ante Peñíscola. A pesar de este resultado negativo, el entrenador Juanlu Alonso destacó el esfuerzo y la disposición mostrada por sus jugadores, indicando que cumplieron con las expectativas en cuanto al rendimiento táctico y de juego. Sin embargo, Alonso apuntó que la falta de precisión en momentos clave fue determinante para el desenlace del partido.
La reacción del equipo tras esta derrota ha sido constructiva, enfocándose en identificar áreas de mejora que les permitan optimizar su rendimiento en futuros partidos. Los entrenamientos se han intensificado, priorizando la efectividad frente a la portería, una habilidad crítica que el equipo necesita perfeccionar para transformar las oportunidades en goles y, en última instancia, en victorias.
Desde la dirección técnica y el vestuario, la mentalidad es positiva, interpretando este tropiezo no como un fracaso, sino como una valiosa oportunidad de aprendizaje. Conscientes de que cada partido es un escalón en su desarrollo, tanto los jugadores como el cuerpo técnico están decididos a trabajar arduamente para mejorar en la próxima jornada.
De cara al futuro, Alonso se encuentra enfocado en la recuperación y el fortalecimiento del equipo. La estrategia es clara: se centrarán en mejorar la eficacia ofensiva sin descuidar la solidez defensiva que ya han demostrado. La confianza en la capacidad de su equipo para sobreponerse a este obstáculo es alta, y el objetivo es regresar más fuertes, mostrando que la persistencia y el trabajo duro son fundamentales en el exigente mundo del fútbol sala. Con esta actitud, el equipo busca no solo mejorar su posicionamiento en la liga, sino también cimentar una identidad sólida que les permita competir al más alto nivel.