Entre el 18 de diciembre de 2025 y el 2 de febrero de 2026, se prevé un significativo movimiento en diversos sectores, impulsado por las festividades que marcan el cierre de un año y el inicio de otro. Este período, tradicionalmente asociado a la reflexión y los nuevos comienzos, se caracteriza por un notable incremento en el consumo debido a las celebraciones navideñas y de Año Nuevo.
Los comerciantes se preparan para aprovechar esta temporada con ofertas y promociones especiales para captar la atención de los compradores, quienes buscan regalos y productos para las celebraciones. Sin embargo, esta demanda elevada también plantea desafíos logísticos para el transporte y la distribución, que tendrán que adaptarse a la creciente necesidad de mercancías.
En el ámbito cultural, se anticipa la realización de una variedad de eventos, incluyendo conciertos, espectáculos, exhibiciones y ferias, que aumentarán tanto antes como después del inicio del nuevo año. Las ciudades se engalanan con decoraciones y las comunidades se involucran en actividades que reflejan el espíritu festivo, desde celebraciones religiosas hasta festivales locales.
La industria del turismo también experimentará un notable auge, con muchas personas viajando por vacaciones o visitando a familiares, lo que resultará en un incremento de la ocupación hotelera y una mayor actividad en aeropuertos. Sin embargo, este aumento en el flujo de viajeros puede implicar desafíos operativos para las infraestructura de transporte, lo que obligará a las compañías a implementar medidas temporales para gestionar el impacto en sus servicios.
El deporte no se queda atrás, con numerosas competiciones programadas para atraer a los aficionados durante este periodo festivo. Los clubes y asociaciones deportivas están diseñando eventos que capitalizan las vacaciones para maximizar la participación y la audiencia, tanto en espectáculos presenciales como a través de transmisiones en línea.
Aunque este periodo festivo está marcado por la alegría y la celebración, se requiere una planificación meticulosa por parte de las autoridades y los negocios para abordar los retos que conlleva el aumento de la actividad social y económica, asegurando así que las festividades se desarrollen sin inconvenientes.

