Daniel Sancho, un cocinero español de 30 años, ha sido sentenciado a cadena perpetua en Tailandia tras ser hallado culpable del asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta. El veredicto fue emitido en una audiencia privada en la corte de Koh Samui el pasado jueves, poniendo fin a un caso que ha capturado la atención en España y ha estado rodeado de controversia debido a su desarrollo a más de 10,000 kilómetros de distancia.
El tribunal no solo consideró a Sancho culpable del asesinato, sino también del desmembramiento del cuerpo de Arrieta y de la destrucción de sus documentos personales. Además, se estipuló que Sancho deberá abonar una indemnización de más de 100,000 dólares a la familia de la víctima. La conexión entre Sancho y Arrieta, quienes se conocieron a través de Instagram y tenían una relación personal, complicó aún más el escenario: Arrieta había prestado grandes sumas de dinero a Sancho antes del trágico suceso.
La defensa de Sancho argumentó que la muerte de Arrieta se debió a un intento de defensa propia, alegación que no convenció al tribunal. En su lugar, los fiscales presentaron pruebas que demostraron que el crimen fue premeditado, destacando que Sancho adquirió herramientas de desmembramiento antes de la llegada de Arrieta a Koh Phangan.
A pesar de la condena, el equipo legal de Sancho ha manifestado su intención de apelar ante el Tribunal de Apelación de Tailandia. La legislación tailandesa permite a los condenados presentar este tipo de recursos dentro del mes posterior al veredicto, y se ha indicado que el recurso será analizado por al menos tres jueces en Surat Thani, la capital provincial.
Si la apelación resulta infructuosa, es probable que Sancho sea trasladado a la prisión de máxima seguridad de Bang Kwang, ubicada al norte de Bangkok. Conocida popularmente como el ‘Gran Tigre’, esta prisión es célebre por sus condiciones severas y su hacinamiento extremo, albergando a más de 8,000 prisioneros en un espacio diseñado para unos 3,500. Sancho podría compartir celda con Artur Segarra, un español también condenado a cadena perpetua en 2016 por un asesinato brutal.
Las condiciones de vida en Bang Kwang son sumamente difíciles, con celdas que pueden albergar a más de 30 reclusos, quienes a menudo deben sobrevivir en un ambiente insalubre y dependen en gran medida de la asistencia externa. Esta realidad destaca la gravedad de la condena de Sancho y el arduo desafío que le espera dentro del sistema penitenciario de Tailandia.