En el distrito madrileño de Hortaleza, una guardería canina operaba fuera de la ley. El pasado 18 de agosto, la Policía Municipal descubrió, tras recibir denuncias de vecinos preocupados, que el establecimiento no contaba con la licencia necesaria para funcionar. Sin embargo, la situación dentro era aún más alarmante: varios perros eran víctimas de la falta de cuidados básicos, algunos en condiciones que generaron una gran preocupación entre los agentes.
La intervención fue liderada por la unidad de Medio Ambiente, con el apoyo de la Comisaría de Distrito. Los hallazgos revelaron un panorama desolador; los animales, según informaron fuentes policiales a Europa Press, presentaban serias deficiencias en higiene y bienestar, condiciones esenciales en cualquier refugio o centro de acogida.
Este descubrimiento contrasta con los estándares crecientes que demandan los dueños de mascotas en Madrid. Mientras algunos centros, como un lujoso hotel canino con servicio de chófer a media hora de la capital, elevan el nivel de atención animal, otros operan en la clandestinidad, ignorando las normativas establecidas y, más preocupante aún, la dignidad de los animales.
La denuncia vecinal fue fundamental para destapar esta situación. Los residentes, testigos de las deplorables condiciones del lugar, tomaron la iniciativa de frenar lo que podría haber sido un grave caso de negligencia. En la actualidad, las autoridades están investigando posibles actos de maltrato y evaluando las sanciones pertinentes.
Afortunadamente, los perros afectados han sido rescatados y trasladados a un entorno seguro, donde reciben la atención y el cuidado que merecen. Este caso no solo destapa la problemática de la falta de controles en negocios similares, sino que también reitera la necesidad de priorizar la responsabilidad y el respeto hacia la vida animal.