El pasado domingo, un devastador incendio en la localidad de Guillena, Andalucía, cobró la vida de un matrimonio y sus dos hijos adolescentes. Según el Equipo de Incendios de la Guardia Civil, la causa del fuego fue la explosión de la batería de un teléfono móvil que se encontraba cargando sobre un sofá en la planta baja de su hogar. El trágico suceso ocurrió alrededor de las 8:00 de la mañana, y, a pesar de la rápida respuesta de los Bomberos y los servicios de emergencia, no se pudo rescatar a los miembros de la familia, que tenían 16 y 20 años.
Los vecinos alertaron a los servicios de emergencia, informando sobre la presencia de personas atrapadas en el interior de la vivienda. Sin embargo, las llamas se propagaron con una rapidez alarmante, dejando a la comunidad en estado de shock por la magnitud de la tragedia.
Para rendir homenaje a la familia fallecida, este lunes se celebró un velorio en el Pabellón Municipal Christian Hernández, al que asistieron aproximadamente 4.000 personas. Posteriormente, alrededor de 2.500 personas acompañaron el funeral, oficiado por el obispo auxiliar de Sevilla, Teodoro León Muñoz. Durante la ceremonia, se depositaron 36 coronas y ramos de flores en honor a los fallecidos, y los féretros fueron llevados a hombros por familiares y amigos hasta el cementerio municipal, en un emotivo acto lleno de respeto y actuaciones simbólicas por parte de la comunidad.
El alcalde de Guillena, Lorenzo Medina, expresó el profundo dolor que ha sentido toda la localidad tras el suceso, subrayando la masiva asistencia de vecinos para rendir tributo a la familia. La tragedia ha dejado una huella imborrable en la comunidad, que se ha unido en un gesto de solidaridad y apoyo para los afectados. Este incierto acontecimiento ha sido una llamada de atención sobre la seguridad en el uso de dispositivos electrónicos, especialmente en situaciones de carga. La magnitud del dolor compartido ha unido a los habitantes de Guillena en un homenaje colectivo conmovedor y lleno de significado.