La Crisis del Agua en la Mancomunidad de Aguas del Tajuña: Un Desafío en la Emergencia
La reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha dejado a aproximadamente 31,000 habitantes de dieciséis municipios de la Mancomunidad de Aguas del Tajuña sin acceso al agua potable, una situación que persiste diecisiete días después del evento meteorológico. Aunque desde el 9 de septiembre se ha confirmado que el agua en alta de la estación de tratamiento es apta para el consumo, la incertidumbre sobre la potabilidad del agua en baja sigue afectando a las comunidades locales, que aguardan los resultados de las pruebas de calidad.
Los municipios en cuestión, que aún no pueden consumir agua del grifo, incluyen Albares, Almoguera, Armuña de Tajuña, Atanzón, Driebes, Escariche, Fuentenovilla, Hontoba, Horche, Loranca de Tajuña, Mazuecos, Pozo de Almoguera, Pozo de Guadalajara, Renera, Romanones y Valdeavellano. La espera por los resultados de la analítica se prevé que finalice en las próximas horas, con la esperanza de que el agua en origen sea confirmada como segura para su consumo.
La Diputación de Guadalajara ha activado un plan de emergencia para el abastecimiento de agua, asegurando que las comunidades afectadas continúen recibiendo el suministro necesario a través de cisternas y garrafas. Hasta la fecha, se han repartido cerca de 2 millones de litros de agua, no solo a los municipios, sino también a residencias, centros médicos y hogares de personas mayores.
Durante una reciente rueda de prensa, David Pardo, vicepresidente de la Diputación, y otros funcionarios, incluyendo al delegado de la Junta en la provincia, José Luis Escudero, abordaron la situación. Silvia Díaz, directora gerente de Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha, detalló los esfuerzos impuestos para garantizar la captación, potabilización y distribución del agua, subrayando que los ayuntamientos son responsables de llevar el agua tratada a las acometidas individuales.
El sistema de abastecimiento del Tajuña, que recoge el agua del río Tajuña justo aguas abajo del embalse de la Tejera, se enfrenta a desafíos significativos. La DANA elevó la turbidez del agua a niveles preocupantes, superando en mil veces lo permitido, pero se evitó que agua contaminada ingresara en la instalación de potabilización. Con más de 246 kilómetros de red de distribución, es crucial para la salud y el bienestar de los 31,000 ciudadanos que dependen de este suministro.
Además, Silva Díaz ha indicado que se están tomando medidas para minimizar el impacto de futuras DANA, especialmente a medida que estos eventos extremos se vuelven más comunes debido al cambio climático. La colaboración con la Confederación Hidrográfica del Tajo será fundamental para desarrollar soluciones efectivas para situaciones de emergencia.
Agradeciendo la comprensión y colaboración de los vecinos y alcaldes durante esta crisis, las autoridades recuerdan que la región ha enfrentado desafíos similares en el pasado, como el ocurrido en 2020, aunque de menor impacto.
Frente a esta adversidad, la comunidad se mantiene unida, esperando con esperanza una pronta resolución y la restauración de un recurso vital: el agua potable. En un mundo donde el acceso al agua se ve amenazado por condiciones climáticas cambiantes, la resiliencia colectiva y la respuesta efectiva de las autoridades serán cruciales para afrontar futuros desafíos.
Para más detalles sobre la situación actual, puedes consultar el artículo completo en el Diario de Castilla-La Mancha.
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