Dunatacà lleva a la Plaza-Auditorio una reflexión sobre la sobresaturación tecnológica y la inmigración

¿Qué se siente cuando uno escapa de algo y hay una valla que no puede atravesar? ¿Qué se siente cuando uno ha perdido todo y sólo tiene un compañero de viaje al que abrazar? ¿Qué se siente cuándo uno no tiene nada más que la mar, con un naufragio seguro y pocas posibilidades de llegar a un destino, cuanto menos incierto por no añadir nada más?

¿Qué se siente cuando uno escapa de algo y hay una valla que no puede atravesar? ¿Qué se siente cuando uno ha perdido todo y sólo tiene un compañero de viaje al que abrazar? ¿Qué se siente cuándo uno no tiene nada más que la mar, con un naufragio seguro y pocas posibilidades de llegar a un destino, cuanto menos incierto por no añadir nada más?            

Esta triste y actual reflexión nos presenta Dunatacà con su espectáculo “Seyahat”, un viaje a la misma nada para reflexionar sobre el problema de la inmigración y su secuelas, propuesta que anoche en la Plaza Auditorio de Ciudad Real pudieron sentir en carne propia los espectadores, que no llegaron a ser parte del elenco tras el escenario debido a las medidas de seguridad por la COVID 19. Una propuesta enmarcada dentro de la programación de verano de Barrios Culturales, que el domingo llega a su recta final.      

“Seyahat” fue también una llamada a las conciencias que se encuentran inertes detrás de las pantallas de televisión. Inertes e insensibles después de estos acontecimientos sufridos, no sólo por refugiados y refugiadas sirias, sino por todas las refugiadas que existen y han habido en el planeta durante toda su historia. 

La compañía valenciana además presentó en la capital otra de sus piezas de reciente creación “Incom”, una reflexión sobre la sobresaturación tecnológica y su repercusión sobre el modo y ser de la población, preguntándose si finalmente las redes nos acercan o nos alejan de las personas.

Todo ello, a través de la danza contemporánea, el movimiento que expresa en sí mismo todo tipo de emociones y sentimientos. Dos piezas creadas y dirigidas por Andrea Torres que surgen de la inquietud por la creación e investigación artística por  y para la búsqueda de nuevos lenguajes escénicos.