Rafael Ubaldo Gosálvez Rey, representante de Ecologistas en Acción y otros grupos ecologistas en el Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, ha denunciado la falta de transparencia por parte de la dirección del Parque, la Presidencia del Patronato y la Comisión Mixta, quienes no han informado a sus miembros sobre la detección de casos de gripe aviar en aves silvestres dentro del espacio protegido. Según Gosálvez, el Patronato no se reúne desde el 4 de diciembre de 2024, a pesar de la gravedad del asunto.
Aunque la gripe aviar no supone un riesgo inmediato para la salud humana, el ecologista advierte que este episodio pone de manifiesto la vulnerabilidad de los ecosistemas acuáticos degradados, como el de Las Tablas de Daimiel, y la necesidad urgente de revisar su gestión ambiental. Los patógenos pueden propagarse entre la fauna silvestre o a partir de ella, a través de aguas residuales, piensos o el contacto indirecto con aves migratorias, lo que afecta especialmente a los humedales situados en rutas de paso, como este parque nacional.
Gosálvez subraya que este brote no debe considerarse un hecho aislado, sino que es consecuencia directa de años de desecación, sobreexplotación del acuífero y pérdida de biodiversidad. La reducción drástica de los niveles hídricos, el estrés de la avifauna residente y la interacción entre aves locales y migratorias crean un escenario propicio para la aparición y propagación de enfermedades.
“Cuando un ecosistema pierde equilibrio, las enfermedades emergen como una respuesta natural del colapso ambiental”, afirma Gosálvez.
El representante ecologista también vincula esta situación con la expansión de la ganadería industrial y las macrogranjas avícolas, un modelo que favorece la mutación y diseminación de virus como el de la gripe aviar, debido a la alta densidad animal, la escasa diversidad genética y las condiciones de hacinamiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO han advertido sobre el riesgo que supone la intensificación agroganadera y la destrucción de hábitats naturales, factores que incrementan la probabilidad de aparición de nuevas enfermedades zoonóticas y potenciales pandemias.
Ante esta situación, los grupos ecologistas regionales con representación en el Patronato han reclamado al Ministerio para la Transición Ecológica, a la Junta de Castilla-La Mancha y al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación la adopción urgente de varias medidas. Estas incluyen la restauración ecológica del Parque Nacional, garantizando caudales ecológicos y el cese de las extracciones ilegales del acuífero del Alto Guadiana, así como una moratoria inmediata a nuevas macrogranjas avícolas cerca de espacios protegidos. Además, se exige el impulso de modelos ganaderos sostenibles y de pequeña escala con bienestar animal, la revisión sanitaria y ambiental de las explotaciones existentes, y la promoción de la transparencia y coordinación interinstitucional.
Gosálvez concluye que Las Tablas de Daimiel son un “termómetro de la salud ambiental” de la Mancha húmeda, y que la gripe aviar debe entenderse no solo como un problema sanitario, sino como una señal de alarma del colapso ecológico provocado por la inacción política y la degradación del ecosistema. “Es hora de exigir una gestión basada en la evidencia y la protección efectiva de los ecosistemas, no en la mera contención de crisis puntuales”, sentencia.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
