La temporada del BM Caserío ha iniciado bajo el estigma de ser «histórica», ya que por primera vez el equipo se encuentra compitiendo en la categoría Asobal. Desde su ascenso, los jugadores han tenido que enfrentarse rápidamente a la dura realidad de la liga, donde la competencia se presenta intensa desde el comienzo.
En su cuarta jornada, el equipo experimentó las dificultades inherentes a este nuevo nivel, lo que quedó evidenciado en su último encuentro contra el Puente Genil. A pesar de ofrecer un desempeño notable, una falta de concentración en los momentos decisivos del partido llevó a una derrota que resalta la necesidad de mejorar.
Si bien el BM Caserío destaca en defensa, su rendimiento ofensivo es preocupante, ocupando el último lugar en porcentaje anotador de la liga. Con un promedio de 25.67 goles por partido, su situación contrasta marcadamente con la de clubes de élite como el Barça. Además, el balance defensivo también ha mostrado signos de debilidad, lo que requerirá ajustes urgentes si se quiere evitar caer en las posiciones inferiores de la tabla.
Bajo la dirección de Santi Urdiales, el equipo enfrenta el reto de aprender de sus errores con rapidez y competir de manera efectiva contra todos sus oponentes. Entre ellos se encuentra el colectivo del Ademar, que aunque no ha tenido un inicio estelar, sigue siendo un rival a tener en cuenta en la liga.
El próximo partido se perfila como una oportunidad crucial para que el BM Caserío muestre su verdadero potencial y continúe cimentando su historia en la máxima categoría del balonmano español. La afición confía en que el equipo podrá superar estos obstáculos y adaptarse al desafío que representa el nuevo campeonato.