Con la llegada de septiembre, se vislumbra el final del verano, un momento que trae consigo uno de los acontecimientos más esperados del año: el cambio al horario de invierno. Este año, los relojes en España deberán retrasarse una hora durante la madrugada del 26 al 27 de octubre, marcando así el regreso al horario invernal. Este ajuste es una tradición en Europa, que se mantiene a pesar de los intentos de suprimirlo. Actualmente, el cambio de hora en España está regulado por un decreto ley hasta 2026, lo que asegura que, al menos durante los próximos años, esta práctica continuará como ha sido habitual.
La modificación horaria se llevará a cabo a las 3 de la madrugada, momento en que las agujas del reloj volverán a marcar las 2. Este nuevo horario permanecerá en vigor hasta el 30 de marzo, cuando se realizará el cambio al horario de verano.
El debate en torno a la necesidad de estos ajustes semestrales no es nuevo. Desde 2018, se ha cuestionado su pertinencia, generando divisiones entre los países europeos. En una consulta realizada en 2019, el 90% de los 4,5 millones de europeos que participaron votaron a favor de eliminar los cambios de hora; sin embargo, esta iniciativa no prosperó debido a la falta de consenso entre los Estados miembros. En España, el CIS reveló que un 62,5% de los encuestados preferiría acabar con el cambio de hora, optando en su mayoría por mantener el horario de verano de forma permanente. No obstante, las diferencias de opinión entre los gobiernos europeos han mantenido el statu quo, y los cambios seguirán realizándose hasta, al menos, 2026.
Aunque el ajuste horario continúa siendo parte del calendario, el debate persiste. El Parlamento Europeo otorgó un plazo a los Estados miembros para manifestar sus preferencias respecto a mantener o eliminar estos ajustes, pero la falta de acuerdo ha dejado la decisión inconclusa. Mientras tanto, los españoles seguirán alterando sus relojes cada último fin de semana de marzo y octubre, reflejando una división en la percepción de los beneficios y desventajas de este sistema. Así, el futuro del horario en Europa sigue siendo incierto, aunque, por ahora, el cambio al horario de invierno se mantiene firme.
