La Alcaldía de Leganiel en la cuerda floja tras dimisiones y conflictos laborales
La Alcaldía de Leganiel, un pequeño municipio en la provincia de Cuenca, se encuentra en una situación de incertidumbre política y administrativa después de la reciente dimisión de su alcalde, Eduardo Recio, y de la teniente de alcalde, Margarita Cuesta, durante el último pleno municipal. La salida de estos dos altos cargos ha dejado a la localidad en una compleja coyuntura a la espera de una resolución judicial que define su futuro inmediato.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que obtuvo cuatro de los cinco concejales en las pasadas elecciones municipales, se enfrenta a un vacío de representación debido a que su lista no incluía suplentes. Esta falta de previsión abre la puerta a que los dos suplentes del Partido Popular (PP) puedan entrar en el Ayuntamiento, otorgando así a los populares una mayoría absoluta con tres concejales. Ante esta situación, el PSOE ha elevado la cuestión a la Junta Electoral Provincial, y se espera una decisión sobre este tema alrededor del 27 de agosto.
Las tensiones en Leganiel no solo son de carácter político; también tienen un trasfondo laboral. Uno de los factores que llevaron a las dimisiones de Recio y Cuesta fue un conflicto con un trabajador municipal afiliado al sindicato Comisiones Obreras (CCOO). Según denuncias de CCOO, el empleado sufrió acoso y presión tras las elecciones, siendo obligado a estar disponible para el alcalde y su equipo "las 24 horas del día," sin justificación formal alguna. Este ambiente hostil presuntamente incluyó insultos públicos y la difusión de "mentiras y bulos" entre la población local.
El clima laboral se deterioró aún más, con la teniente de alcalde supuestamente grabando las actividades del trabajador durante su jornada laboral. CCOO ha denunciado que, además, se abrieron expedientes sancionadores contra otros empleados bajo condiciones similares. Un punto crítico de este conflicto fue la propuesta del exalcalde de implementar un sistema de fichaje por huella dactilar, que los empleados rechazaron, argumentando que la ley permite llevar un registro de jornada a través de otros medios.
En medio de este escenario, hay esperanzas de que los nuevos responsables municipales que entren en la corporación puedan gestionar el Ayuntamiento con una actitud más conciliadora y de respeto hacia los derechos laborales de los empleados. La incertidumbre política que atraviesa Leganiel es palpable, y la resolución judicial abordará no solo la composición del Ayuntamiento, sino también el clima social y laboral de la administración local.
En conclusión, la Alcaldía de Leganiel se encuentra en una encrucijada, donde las decisiones futuras dependerán de factores judiciales y políticos, así como de la capacidad de los nuevos líderes para reconciliar y sanar una comunidad marcada por la división y la tensión.
La situación será observada de cerca por los ciudadanos, quienes esperan un desarrollo favorable para su gobierno local y la estabilidad de su administración.
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