En el día a día, el cuidado de la ropa parece una tarea sencilla; sin embargo, muchos cometen un error común que podría perjudicar tanto a las prendas como al medio ambiente. Este error, repetido en miles de hogares, es la falta de separación adecuada de los colores y tipos de tejidos.
Expertos en limpieza coinciden en que mezclar ropa de diferentes tonalidades y texturas no solo resulta en prendas desteñidas y arruinadas, sino que afecta la eficacia del lavado. Los colores oscuros pueden transferir tinte a prendas más claras, creando un efecto antiestético y a menudo irreversible.
A esto se suma la elección del detergente. Aunque la industria ofrece opciones para todo tipo de tejidos, muchos optan por un solo producto para toda su colada, lo que puede dañar las fibras de la ropa. Los detergentes especializados, aunque más costosos, están formulados para mantener la calidad de los materiales.
Otro aspecto a considerar es la temperatura del agua. Aunque muchos creen que el agua caliente es la solución para una colada limpia, lavar en frío es más benévolo con las prendas y consume menos energía.
Estos errores no solo impactan las prendas y el bolsillo, sino que también tienen un gran impacto ecológico. Utilizar agua caliente y productos químicos agresivos incrementa el consumo de energía y libera detergentes que contaminan los ecosistemas.
Es fundamental educarse sobre la mejor práctica de lavado: separar la ropa por colores y tejidos, utilizar detergentes adecuados y ajustar la temperatura del agua. De este modo, no solo se preserva la vida útil de las prendas, sino que se contribuye a cuidar del planeta.
