El Formac Villarrubia atraviesa una de las temporadas más desafiantes de su historia reciente, en la que las lesiones han cobrado un precio elevado. Después de catorce jornadas disputadas en el Grupo XVIII de Tercera RFEF, la situación del equipo blanquiazul se ha vuelto insostenible, con un plantel asolado por múltiples dolencias. Las recientes ausencias de jugadores clave como Álex Díez y Christian se suman a la lista creciente de lesionados, que ya incluye a Alvarito, Nepo y Godoy, poniendo en jaque la capacidad competitiva del equipo.
La gravedad de las lesiones ha marcado un claro impacto en el rendimiento del Villarrubia. Alvarito, quien sufrió una fractura en el peroné en noviembre, se encuentra en un proceso de recuperación que podría dejarlo en la banca por un periodo estimado de cinco meses. Por su parte, Nepo sigue lidiando con un edema óseo que le ha impedido participar en el juego, habiendo estado ausente desde la primera jornada. La situación se complica aún más con la reciente lesión de Godoy, quien ha sido diagnosticado con una rotura en el gemelo, y la entrada a la lista de bajas también de Christian y el capitán Álex Díez, quienes necesitarán un tiempo considerable para volver a estar disponibles.
Con cinco de sus 20 fichas fuera de combate, el Formac Villarrubia se encuentra en una situación crítica. La acumulación de minutos entre los jugadores disponibles se vuelve evidente y resalta la necesidad de actuar rápidamente. La dirección deportiva y el cuerpo técnico tienen la urgente tarea de buscar refuerzos en el próximo mercado invernal para enfrentar las adversidades y mitigar el impacto que las lesiones están teniendo sobre el equipo.
Mientras tanto, los aficionados y el club comparten la esperanza de que el equipo supere esta difícil etapa y logre recuperar su forma competitiva para poder cumplir con los objetivos establecidos al inicio de la temporada. La vulnerabilidad del plantel es un recordatorio de cómo el deporte puede ser tan impredecible como emocionante, y cómo cada decisión sobre la plantilla puede ser crucial para el futuro del Formac Villarrubia.