Madrid, 10 de diciembre de 2025. En un esfuerzo por impulsar la investigación y la innovación dentro de su sector productivo, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha anunciado un ambicioso plan que tiene como objetivo fortalecer la competitividad de la industria regional. Esta iniciativa fue presentada por Charo Serrano, directora de la Agencia de Investigación e Innovación, durante la recién celebrada Jornada Anual del Grupo Interplataformas Agroalimentarias en Madrid.
Serrano destacó que, en un esfuerzo por fomentar el desarrollo, el Gobierno ha duplicado su presupuesto para investigación e innovación, aumentando la inversión de 26 a más de 59 millones de euros en los últimos años. Esta inyección de recursos es esencial para el avance de nuevos proyectos y tecnologías que beneficiarán a uno de los sectores clave de la economía castellano-manchega: el agroalimentario.
Para el año 2026, se prevé el inicio de 16 proyectos de investigación en este ámbito, con un presupuesto conjunto de 1,3 millones de euros. Estas iniciativas no solo tendrán un impacto positivo en los productores locales, sino que también mejorarán la calidad de los productos y servicios disponibles en el mercado.
El sector agroalimentario constituye aproximadamente el 17% del Producto Interno Bruto (PIB) de Castilla-La Mancha, generando una facturación cercana a los 10.000 millones de euros. Con más de 2.300 industrias agroalimentarias y 41 figuras de calidad, la región resalta por su riqueza y diversidad en este campo.
Serrano también puso énfasis en la importancia del sector vitivinícola, que representa el 5% del PIB regional, posicionando a Castilla-La Mancha como líder en la exportación de productos vitivinícolas. Esta fortaleza no solo refleja la calidad de los productos locales, sino que también subraya la necesidad de continuar invirtiendo en innovación y investigación para mantener la competitividad en un mercado en constante evolución.
En conclusión, la decidida apuesta del Gobierno de Castilla-La Mancha por la investigación y la innovación busca no solo crear un ambiente propicio para el desarrollo agroalimentario, sino también garantizar la sostenibilidad y el crecimiento del sector en los próximos años. Con estas medidas, Castilla-La Mancha se posiciona como un referente en el ámbito agroalimentario, orientándose hacia un futuro más próspero y competitivo.

