Valladolid rinde homenaje a Narciso Alonso Cortés, el erudito que cimentó su legado literario.
Los dos museos que sitúan a Valladolid en el mapa de las referencias literarias mundiales —la Casa de Cervantes y la Casa de Zorrilla— llevan el sello imborrable de Narciso Alonso Cortés, el investigador y lingüista del que este año se celebra el 150 aniversario de su nacimiento (1875). Académico de la RAE, autor de manuales educativos y persona de máximo crédito para la Hispanic Society norteamericana, su figura resurge ahora como pilar fundamental de la cultura castellana.
Su vida fue un reflejo de las contradicciones de la España del siglo XX. Director del Instituto General Técnico de Valladolid (hoy Instituto Zorrilla), fue depurado por el régimen franquista en 1936 por su vinculación con la Liga de los Derechos Humanos. Sin embargo, logró rehacerse y, en plena dictadura, se consolidó como una autoridad en lexicografía, literatura e investigación histórica. "Fue una referencia en el uso del español y gran responsable del mito de que en Valladolid se habla el mejor castellano", afirma Carlos Aganzo, poeta y coordinador del aniversario.
El detective de los archivos
Alonso Cortés buceó en documentos olvidados con una meticulosidad sin igual. Descubrió los orígenes judíos de la familia de Santa Teresa de Jesús y un escandaloso proceso por sodomía contra Juan de Tassis, el conde de Villamediana, poeta culteranista y prototipo del Don Juan español. "Tenía tal prestigio que, si él afirmaba algo, la RAE lo aceptaba", destaca Aganzo, quien en 2023 publicó una biografía del conde. Años después, el académico Luis Rosales intentó refutar su teoría, pero el debate solo reforzó la influencia del vallisoletano en la intelectualidad de la época.
Cervantes, Zorrilla y la memoria de Valladolid
Su labor como cervantista fue clave para identificar la única vivienda de Miguel de Cervantes documentada con certeza: la ubicación de la actual Casa Cervantes, inaugurada en 1948 gracias a su gestión. "Fue el artífice del museo que hoy disfrutamos", subraya Paz Altés, directora de la Casa Zorrilla. Pero su mayor legado fue rescatar del olvido a José Zorrilla. Convenció al Ayuntamiento para comprar la casa del poeta, reunió su biblioteca y hasta promovió el traslado de sus restos a Valladolid. "Sin él, no existiría este museo", sentencia Altés.
En 1969, rechazó una oferta millonaria de la Hispanic Society y donó su Biblioteca Romántica —8.000 volúmenes de valor incalculable— a la ciudad. "Era un hombre de principios, no de dinero", explica Eduardo Pedruelo, director del Archivo Municipal, donde hoy se custodian esos fondos.
Un legado que crece
Su pasión por el folclore castellano lo llevó a rescatar romances populares en peligro de extinción, y su amor por la bicicleta —que compartía con Miguel Delibes— lo conectaba con la naturaleza. Ahora, cuando Valladolid prepara la apertura de la Casa-Museo Delibes, su figura resurge como nexo entre tres gigantes de las letras.
El Ayuntamiento ya ha colocado una placa en su honor en el Jardín Romántico de la Casa Zorrilla, pero el programa de aniversario incluirá más actos. Como escribió Antonio Machado, Alonso Cortés fue el "poeta de Castilla". Hoy, 150 años después de su nacimiento, su obra sigue viva en cada rincón literario de Valladolid.
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