Polonia ha presentado cambios notables a la normativa de la Unión Europea que busca controlar los chats privados para detectar contenido sospechoso, un proyecto que ha suscitado intensas controversias. Como actual presidenta del Consejo de la UE, Polonia ha propuesto que, en lugar de imponer un monitoreo general obligatorio de los mensajes privados, el control de chats se realice de manera voluntaria por parte de los proveedores de servicios. De esta forma, las empresas podrían decidir implementar mecanismos de detección similar al estado actual, evitando así comprometer el cifrado de extremo a extremo.
La propuesta será discutida por los representantes de los gobiernos de la UE en una reunión del grupo de trabajo de aplicación de la ley de la UE. Patrick Breyer, exmiembro del Parlamento Europeo y defensor de la libertad digital, ha elogiado esta iniciativa como un avance significativo en la defensa del derecho a la confidencialidad en las comunicaciones digitales. Sin embargo, Breyer ha señalado que se mantienen tres problemas fundamentales.
El primer tema es la vigilancia masiva, que, aunque voluntaria, podría llevar al monitoreo indiscriminado de todos los mensajes en plataformas como Meta, Microsoft y Google. Según la Comisión de la UE, se estima que un 75% de los mensajes filtrados por los algoritmos no son relevantes desde un punto de vista criminal, lo que pone en riesgo la privacidad de los usuarios. Adicionalmente, expertos como Ninon Colneric, exjueza del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, han advertido que este tipo de monitorización puede violar derechos fundamentales.
El segundo problema radica en la restricción de acceso a aplicaciones comunes para usuarios menores de 16 años. La normativa en discusión sugiere que, para proteger a los jóvenes del grooming, se les prohibiría instalar aplicaciones de mensajería y redes sociales, una medida que podría resultar ineficaz y que podría aislar a los adolescentes en lugar de empoderarlos.
Finalmente, el tercero se refiere a la prohibición de comunicaciones anónimas. La propuesta sugiere que los usuarios ya no podrían crear cuentas anónimas sin presentar identificación, lo que podría inhibir la comunicación sobre temas sensibles y poner en riesgo la confidencialidad de denunciantes y activistas.
A pesar de que la propuesta polaca representa un avance en términos de seguridad en línea, se reconoce que sigue habiendo aspectos que requieren atención y revisión. Muchos gobiernos de la UE y la Comisión tienen posturas más estrictas, lo que sugiere que un enfoque equilibrado y legalmente viable podría ser difícil de alcanzar.