La reciente decisión del Gobierno central de condonar más de 82.000 millones de euros en deuda a las 15 comunidades autónomas de régimen común ha generado un gran revuelo en el ámbito político y financiero de España. Mientras que esta medida busca aliviar la carga financiera de diversas regiones y reformar el sistema de financiación autonómica, Euskadi y Navarra quedan al margen de este “perdón” fiscal. Esta situación ha suscitado un renovado debate sobre el sistema foral que rige a estas dos comunidades.
La razón por la que Euskadi y Navarra no se benefician de la condonación de deuda radica en sus sistemas fiscales particulares: el Concierto Económico vasco y el Convenio Navarro. Ambos acuerdos otorgan a estas comunidades una plena autonomía fiscal, lo que les impide endeudarse a costa del Estado o recibir rescates financieros. A diferencia de las comunidades que han recurrido al Fondo de Liquidez Autonómico para acumular deuda, Euskadi y Navarra han cuidado su equilibrio fiscal, lo que significa que, a pesar de no poder acceder a la condonación, tampoco tienen deudas pendientes con el Estado.
Este hecho ha llevado a interrogantes sobre la naturaleza y beneficios del Concierto Económico. Algunos lo ven como un privilegio fiscal frente a otras comunidades que, en tiempos de crisis, han requerido rescates estatales. Sin embargo, la independencia que otorga el Concierto también conlleva una mayor responsabilidad financiera. Euskadi y Navarra recaudan sus propios impuestos, destinándolos a financiar servicios esenciales como la sanidad, la educación y la seguridad. Asimismo, al estar excluidas de los rescates, se ven obligadas a mantener sus cuentas en orden y sostenibles. Además, ambas comunidades contribuyen al Estado a través del Cupo Vasco y la Aportación Navarra, participando en el financiamiento de competencias estatales como Defensa y Justicia.
La condonación de deuda ha abierto un viejo debate sobre la financiación autonómica en España. Si se considera que el Concierto Económico es un privilegio, surge la pregunta de por qué aquellas comunidades que lo critican necesitan rescates, mientras que Euskadi y Navarra logran equilibrar sus cuentas sin ayuda externa. Por otro lado, si se defiende que el régimen común es el modelo más justo, se cuestiona por qué el Estado opta por condonar miles de millones de euros a comunidades que han generado deudas.
En este contexto, lo que algunos perciben como un privilegio puede ser entendido como un modelo de autogobierno fiscal que requiere una gestión equilibrada y responsable. La reciente condonación de deuda subraya las diferencias estructurales en la financiación autonómica en España y pone de relieve que la autonomía financiera puede ser vista no solo como un derecho, sino como un desafío en términos de responsabilidad económica.