Este miércoles se llevó a cabo el juicio en la sede del Tribunal Superior de Justicia de Albacete, donde un antiguo profesor del conservatorio de Almansa enfrentó acusaciones de agresión sexual. Durante su declaración, el docente admitió que abrazó a la víctima, pero negó haber tocado su pecho, argumentando que no tuvo intención de hacerlo. «Suelo dar dos besos y abrazos a muchos alumnos, pero como manera de saludar y siempre con consentimiento», declaró el profesor sobre los hechos que supuestamente ocurrieron en octubre de 2022. La Fiscalía ha solicitado para él una pena de 2 años y 6 meses de prisión, junto a 5 años de libertad vigilada y 8 años de inhabilitación para trabajar con menores.
La víctima, que tenía 17 años en el momento de los hechos y era alumna del acusado, relató que el profesor la abrazó y le tocó el pecho, y que se disculpó posteriormente diciendo que «no se había podido controlar». La joven se presentó a denunciar el incidente ante la Guardia Civil, señalando también que había sentido incomodidad por la cercana actitud del docente, quien la llamaba «guapa» y le pedía fotos a través de las redes sociales.
La relación docente entre el profesor y la alumna se extendió desde 2019 hasta 2022, y se interrumpió debido a la pandemia y cambios curriculares. La presunta agresión tuvo lugar el 28 de octubre de 2022, en un aula del conservatorio donde solo estaban el profesor y la alumna. El acusado defendió sus interacciones en línea indicando que seguía a sus alumnos en redes sociales para coordinar actividades extraescolares y demostrar interés por su progreso. También justificó su interés por las fotos de la alumna diciendo que pretendía aumentar su autoestima a través de elogios.
Sin embargo, la Fiscalía calificó estas explicaciones como poco creíbles, insistiendo en que las fotografías de los estudiantes son provistas por el propio centro educativo y que la dirección del conservatorio desaconseja solicitar información personal a los alumnos.
La defensa del profesor, por su parte, argumentó que se trataba de un malentendido y cuestionó la veracidad del testimonio de la alumna, señalando que el aula tenía una ventana que daba a una calle concurrida, lo que haría incompatible la comisión de una agresión. El acusado afirmó que la denuncia ha afectado severamente su vida personal y profesional, llevándolo a recibir 63 sesiones de terapia psicológica. Además, sostuvo que las restricciones impuestas por el tribunal han perjudicado su carrera.
La Fiscalía insistió en que el testimonio de la víctima es coherente y veraz, destacando que las declaraciones del acusado han variado desde su primer testimonio en Almansa, donde negó haber abrazado a cualquier alumno. Durante la defensa se argumentó que no es ilegal dar abrazos o hacer cumplidos, aunque la Fiscalía concluyó que el testimonio de la víctima es suficientemente consistente como para ser considerado creíble. Finalmente, el caso ha quedado visto para sentencia.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
