Investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China han anunciado un avance sin precedentes en computación cuántica con el lanzamiento del procesador cuántico Zuchongzhi 3.0. Este nuevo dispositivo, que cuenta con 105 qubits superconductores, ha logrado realizar tareas que a una supercomputadora convencional le llevarían miles de millones de años, un hecho que se considera un hito en el desarrollo de la tecnología cuántica.
El Zuchongzhi 3.0 utiliza qubits transmon fabricados con materiales como tantalio, niobio y aluminio, lo que contribuye a una mejora significativa en la coherencia cuántica y a la reducción del ruido durante los cálculos. Gracias a estos avances en su diseño, el procesador alcanza una impresionante fidelidad del 99,90% en operaciones de un qubit y del 99,62% en operaciones de dos qubits, lo que lo acerca a los estándares necesarios para aplicaciones prácticas de computación cuántica.
La potencia del nuevo procesador se ha puesto a prueba a través del benchmark Random Circuit Sampling (RCS), una referencia diseñada para evaluar la capacidad de un ordenador cuántico para superar a uno clásico en tareas específicas. En esta prueba, el Zuchongzhi 3.0 logró ejecutar un circuito compuesto por 83 qubits y 32 capas, completando el test un millón de veces más rápido que el Sycamore de Google, el cual fue pionero en la obtención de la supremacía cuántica en 2019.
Aunque los expertos subrayan que este tipo de benchmarks están pensados para resaltar las ventajas de la computación cuántica, también reconocen que las mejoras en los algoritmos clásicos podrían reducir esa brecha en el futuro. No obstante, este avance no solo reafirma la posición de China en la carrera por la computación cuántica, sino que también abre nuevos horizontes para aplicaciones en campos como la inteligencia artificial, la simulación molecular, la criptografía y la energía.
Con este desarrollo, China se posiciona como un competidor importante en el ámbito de la computación cuántica, enfrentándose a potencias tecnológicas como Google e IBM, en un esfuerzo por redefinir el futuro de la tecnología computacional. La comunidad científica sigue atenta a los próximos movimientos en esta emocionante carrera hacia la próxima revolución tecnológica.