El sacerdote Pablo Molina, originario de Alcázar de San Juan, ha participando este miércoles en una misa en la Basílica de San Pedro en El Vaticano, un evento que reunió a todos los cardenales de la Iglesia antes del cónclave que decidirá al sucesor de Francisco I como nuevo Papa. En declaraciones a Europa Press, Molina describió el ambiente entre los cardenales como «tranquilo» y «cordial», a pesar de la complejidad de la tarea que tienen por delante. Algunos cardenales, tras la liturgia, se quedaron a rezar junto a la tumba de San Juan XXIII.
El sacerdote, que pertenece a la Archidiócesis de Toledo, resaltó que ha sido una experiencia «muy bonita» ser testigo de esos momentos históricos. Durante la eucaristía, tuvo la responsabilidad de repartir la comunión entre los fieles, un privilegio que valora enormemente.
Molina enfatizó la importancia de seleccionar un nuevo Papa, considerando este proceso como un momento crucial en la historia de la Iglesia. Animó a la comunidad a unirse en oración, tanto en el Vaticano como en cualquier parte del mundo, pidiendo al Espíritu Santo que guíe a los cardenales en su decisión.
En cuanto al contexto del evento, Molina observó que Roma y El Vaticano se han convertido en un verdadero «hervidero» de personas interesadas en el proceso del cónclave. Informó que hay un notable bullicio de fieles que se acercan a la plaza para manifestar su apoyo y oraciones a los cardenales. A pesar de la agitación, destacó el profundo clima de oración en la Basílica de San Pedro, donde muchos se reúnen en silencio para elevar sus súplicas a Dios.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
