El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha confirmado una sentencia que obliga al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) a indemnizar con 200.000 euros a los padres de una bebé prematura que perdió la vida en Almansa a causa de una bronquiolitis grave. El tribunal determinó que existían oportunidades de haber realizado un diagnóstico más preciso que podría haber evitado el desenlace fatal.
Según lo divulgado por Europa Press, la sentencia señala tres incidentes en los que la menor recibió atención médica: en un centro de salud de Almansa, en dos visitas al Hospital de Almansa y, finalmente, durante su traslado en una UVI móvil tras la llamada de emergencia de los padres al 112. Los magistrados apuntan que «si se hubiera conocido antes» la posibilidad de un diagnóstico de bronquiolitis, «las probabilidades de que el fatal desenlace pudiera haber sido prevenido son extremadamente altas».
La resolución detalla que, considerando la prematuridad de la bebé y sus síntomas, los médicos debieron contemplar la posibilidad de ingresarla o, al menos, mantenerla en observación. Aunque el pediatra no contaba con un diagnóstico claro, la sentencia subraya que «hubiera sido pertinente realizar alguna exploración complementaria adicional, como analíticas sanguíneas y/o gases venosos, e incluso una radiografía de tórax».
La bebé, identificada como A.M.M., nació prematura a las 33 semanas de gestación el 29 de septiembre de 2018. En su primera visita al centro de salud el 13 de diciembre, se le diagnosticó nasofaringitis aguda, y en una posterior visita al hospital ese mismo día, le atribuyeron un catarro en vías altas. A pesar de presentar síntomas persistentes y un episodio de apnea, fue dada de alta con el mismo diagnóstico dos días después. El 16 de diciembre, ante las dificultades respiratorias, los padres contactaron con el 112 y la bebé fue trasladada de urgencia al Hospital General de Almansa, donde finalmente falleció tras sufrir una parada cardiorrespiratoria debido a una bronquiolitis grave.
La sentencia también considera el sufrimiento de los padres, quienes tuvieron que recurrir en varias ocasiones a los servicios médicos sin obtener un diagnóstico adecuado. No obstante, se especifica que las actuaciones médicas del 13 de diciembre fueron correctas.
El fallo, emitido en febrero, ha quedado firme tras no presentar el Sescam un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, una vez transcurrido el plazo de treinta días. El proceso judicial se inició en 2019 con una reclamación de responsabilidad patrimonial por el fallecimiento de A.M.M., que fue inicialmente desestimada, pero los progenitores lograron que su apelación fuera aceptada por el TSJCM, que revocó la decisión anterior y condenó al Sescam a indemnizar a cada uno de los padres con 100.000 euros más los intereses legales desde la fecha de la reclamación administrativa.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
