El pasado 11 de enero, el Quijote Arena se convirtió en el escenario de una celebración histórica que unió a la comunidad del balonmano en un emotivo homenaje al Caserío, uno de los equipos más emblemáticos de la localidad. Este evento no solo conmemoró las glorias pasadas de la franquicia, sino que también supuso un homenaje a la rica historia que ha dejado una huella perdurable en el corazón de los aficionados.
La velada comenzó con una emotiva ceremonia que rindió homenaje a aquellos que han sido pilares fundamentales en el legado del Caserío. Antiguos jugadores, entrenadores y personalidades involucradas con el equipo fueron recibidos con una calurosa ovación por parte de una grada llena de admiradores y nostálgicos. La comunidad entregó su apoyo al evento, llenando las butacas del Quijote Arena y demostrando la pasión que despierta el balonmano en la ciudad, creando una atmósfera festiva y de reencuentro.
El clímax de la celebración llegó con el esperado encuentro deportivo entre el EON Alicante y el equipo local; un espectáculo que deleitó a los presentes. La intensidad del juego y el talento exhibido en la pista fueron testigos de un inquebrantable espíritu deportivo. Aunque el resultado del partido pasara a un segundo plano, lo verdaderamente significativo fue la celebración de los valores que comparte la comunidad balonmanística, reafirmando el papel del Caserío como un símbolo de unidad y orgullo local.
De esta manera, la jornada no solo se transformó en una affiche de nostalgia y alegría, sino en un recordatorio del poder del balonmano como vínculo cultural y comunitario.