La creciente crisis de habilidades en ciberseguridad afecta alarmantemente a las empresas en EMEA, siendo España uno de los países más golpeados con un 85% de las organizaciones reportando una escasez de personal cualificado. Según un estudio de Insight Enterprises, esta situación crítica obliga al 64% de las empresas a recurrir a soluciones temporales e inadecuadas, poniendo en riesgo su integridad operativa.
El estudio revela que el 50% de las empresas en España consideran el impacto de esta falta de talento como «grave» o «significativo». Las carencias son especialmente notables en posiciones de alta dirección, con un 64% de organizaciones señalando deficiencias en áreas clave como la gobernanza y la evaluación de riesgos.
Solo el 24% de los responsables de TI en EMEA afirman poseer las habilidades necesarias para enfrentar las amenazas cibernéticas en constante evolución. Esta escasez ha causado retrasos en iniciativas cruciales y ha complicado el cumplimiento de normativas para más de la mitad de los encuestados.
El alto coste de contratación y formación, junto con la falta de candidatos cualificados, son identificados como los principales obstáculos para cerrar esta brecha, según un 68% y 65% de responsables de TI, respectivamente. Sin embargo, el problema va más allá de lo técnico, afectando también funciones de liderazgo y cumplimiento normativo, lo que socava la resiliencia organizativa a largo plazo.
Adrian Gregory, presidente de Insight para EMEA, destaca que la solución no se encuentra solo en aumentar el personal o en adquirir más herramientas tecnológicas, sino en transformar el enfoque hacia la ciberseguridad. Esto incluye un cambio de una defensa reactiva a un diseño más proactivo.
Es crucial formar un nuevo tipo de liderazgo que logre orquestar la colaboración entre humanos y máquinas, permitiendo traducir riesgos técnicos en impactos empresariales y logrando que la seguridad se integre en el núcleo de la innovación.
La conclusión es clara: para liderar en la próxima era, las empresas deben alinear talento estratégico con tecnología avanzada y establecer alianzas de confianza. Esta sinergia es esencial para generar la resiliencia necesaria que permita a las organizaciones crecer, adaptarse y mantenerse competitivas en un entorno cada vez más desafiante.