La sobremesa de ayer domingo dejó una huella imborrable en la historia del baloncesto español 3×3. Con la euforia aún latente tras la Plata Olímpica del equipo femenino en los Juegos de París, la selección masculina sorprendió al mundo al proclamarse campeona del mundo tras vencer a Suiza en una final llena de emoción. Este triunfo marca un antes y un después en el deporte nacional.
El equipo, integrado por Guim Expósito, Diego de Blas, Carlos Martínez e Iván Aurrecoechea, presentó un juego fervoroso y cohesionado, fruto de un arduo trabajo y una preparación minuciosa. Bajo la dirección de Pedro Meléndez, los jugadores demostraron su valía en un camino que los llevó desde la fase de grupos hasta lo más alto del podio. La victoria no solo se traduce en un título, sino que sirve como un reflejo del crecimiento exponencial del baloncesto 3×3 en España, que ha ganado popularidad y aficionados en los últimos años.
Este triunfo también tiene un matiz local. Desde Castilla-La Mancha, donde la federación regional ha apostado decididamente por el formato 3×3, se han sentado las bases para un futuro prometedor. La influencia del albaceteño José Antonio Blázquez, quien ha seguido de cerca las preparaciones del equipo nacional, es conocida por su dedicación y esfuerzo, a pesar de no estar presente en Mongolia.
Durante la final, Diego de Blas destacó desde el perímetro, anotando puntos cruciales, mientras que un espectacular mate de Aurrecoechea selló el destino dorado del encuentro. La complejidad de vencer a un mismo rival en dos ocasiones en un mismo torneo se desmoronó ante la estratégica determinación de los españoles, quienes apenas dejaron a Suiza encontrar su ritmo.
La jornada culminó con un contundente 21-17 que resonará en la memoria colectiva del baloncesto español. Este hito no solo eleva a la selección masculina, sino que también fortalece a todo un país en su camino hacia el éxito en este formato de baloncesto. La esperanza y la pasión por el deporte se han revitalizado, y el futuro se presenta lleno de posibilidades gracias al trabajo en equipo y la dedicación de muchos, tanto dentro como fuera de la cancha. En definitiva, una hazaña que resuena con el sólido compromiso que sigue creciendo, no solo a nivel nacional, sino también desde regiones como Castilla-La Mancha.
Fuente: Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha.