La situación en Osasuna se complica considerablemente con la baja de Aimar Oroz, uno de los jugadores más decisivos en la creación del juego ofensivo del equipo. Durante el reciente partido contra el Rayo Vallecano, Oroz sintió molestias que llevaron a su preocupación. Al día siguiente, su llegada a Tajonar en sandalias encendió las alarmas en el club. Los análisis médicos confirmaron que sufre un problema en la fascia plantar del pie izquierdo, lo que lo mantendrá fuera de los terrenos de juego por, al menos, un mes. Esta baja es un golpe sensible para los rojillos, que en lo que va de temporada han tenido dos victorias y dos derrotas en LaLiga.
Con el nuevo entrenador, Lisci, que había confiado en Oroz como una pieza esencial de su esquema, ahora se enfrenta al reto de buscar alternativas. Rubén García se perfila como uno de los candidatos para ocupar su lugar en el once titular. El técnico tiene poco tiempo para decidir su alineación de cara a la próxima jornada contra el Villarreal. Se estima que Oroz podría regresar entre seis y ocho semanas, lo que significa que se perderá entre cinco y ocho partidos, algunos de ellos cruciales y que incluyen la posibilidad de no participar en una ronda de la Copa del Rey.
A lo largo de su carrera, Aimar Oroz ha lidiado con diversas lesiones, especialmente en el tobillo y en la musculatura, lo que ha sido un desafío para un jugador de su calidad. Aunque ha demostrado una notable capacidad de recuperación, este nuevo percance aviva las dudas sobre su posible participación en la selección nacional de cara al inminente Mundial. En un contexto donde la competencia en su posición es intensa, Oroz deberá trabajar en su estado físico si desea ser considerado por el seleccionador, especialmente dado el abundante talento disponible en los extremos.
