Importante estudio sobre la relación entre COVID-19 y depresión en Villarrobledo
Villarrobledo (Albacete), 15 de agosto de 2024.- Durante la primera ola del COVID-19, los doctores Isabel Soler, Sergio Salmerón y Silvia Lozoya, del Servicio de Geriatría de la Gerencia de Atención Integrada de Villarrobledo, iniciaron un innovador estudio para explorar la relación entre la infección por coronavirus y la depresión.
Los resultados de este trabajo de investigación, titulado “Frailty as a Risk Factor for Depression after COVID-19 Hospital Admission”, han sido recientemente publicados en la prestigiosa revista internacional Geriatrics, indexada en PubMed con un factor de impacto de 2,1.
En este estudio longitudinal se incluyeron 72 pacientes que fueron ingresados por COVID-19 en el Hospital General de Villarrobledo. Los pacientes fueron evaluados tanto al alta hospitalaria como seis meses después, mediante una valoración clínica exhaustiva, dos valoraciones neuropsicológicas completas, análisis de laboratorio, resonancia magnética nuclear, evaluación de la fragilidad y una valoración nutricional.
El 65 por ciento de los participantes fueron hombres con una edad media de 69 años. Entre los factores asociados con la depresión a los seis meses del ingreso por COVID-19, se identificaron la fragilidad, la presencia de enfermedad vascular de pequeño vaso en la resonancia magnética, el uso de antidepresivos y los niveles de vitamina D. Como factores protectores, se encontraron una mayor puntuación en la escala cognitiva CAMCOG y una edad más avanzada.
El hallazgo más significativo del estudio es que el estado de fragilidad es un factor de riesgo importante para la aparición de depresión en pacientes que han sido hospitalizados por infección por SARS-CoV-2.
La doctora Isabel Soler destaca que este estudio es un testimonio del compromiso y la dedicación de los profesionales sanitarios en momentos difíciles. La fragilidad es un factor crucial a considerar en la recuperación post-COVID, y subraya la necesidad de enfoques personalizados y preventivos para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Este estudio multidisciplinar ha contado con la colaboración de profesionales de Geriatría, Medicina Interna, Psiquiatría y Radiodiagnóstico. La doctora Soler agradece la ayuda de la Diputación de Albacete, la contribución de profesores de las facultades de Enfermería de la Universidad de Castilla-La Mancha y a los pacientes que participaron en el estudio.
En conclusión, es fundamental que los profesionales de la salud estén atentos a los signos de depresión en pacientes que han sido hospitalizados por COVID-19, especialmente aquellos que presentan fragilidad. El objetivo es seguir investigando y desarrollando estrategias para mitigar estos riesgos y proporcionar un mejor cuidado a los pacientes. La investigación realizada en Villarrobledo destaca por su enfoque integral y su impacto en la atención médica a pacientes con COVID-19.
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