Europa está enfrentando una de las temporadas de incendios forestales más devastadoras de su historia reciente. Con temperaturas extremas y una sequía prolongada en varias regiones, el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea ha sido activado en 16 ocasiones durante el año 2025, alcanzando en pocas semanas el mismo número de activaciones registrado en toda la temporada de incendios de 2024.
Este sistema permite que los países miembros soliciten apoyo inmediato y coordinen recursos compartidos, convirtiéndose en la primera línea de respuesta ante la creciente magnitud de los incendios.
Uno de los momentos más significativos de esta temporada fue la decisión de España de activar por primera vez el Mecanismo de Protección Civil de la UE para combatir los incendios forestales. La Comisión Europea respondió rápidamente, movilizando dos aviones Canadair de la reserva rescEU, que se encontraban estacionados en Francia, para reforzar las capacidades nacionales de extinción. Esta activación marca un precedente importante, ya que España, un país que históricamente ha gestionado grandes incendios por sí misma, ha tenido que recurrir a la solidaridad europea ante la simultaneidad y violencia de los focos.
El 12 de agosto, Grecia también tuvo necesidad de recurrir al mecanismo, enfrentando múltiples frentes fuera de su control. La UE movilizó dos aviones suecos de rescEU, que estaban en Bulgaria, además de brigadas de Chequia, Moldavia y Rumanía, que participaron en las tareas de extinción en el terreno. Bulgaria experimentó una situación igualmente crítica, con seis países europeos –Chequia, Eslovaquia, Francia, Hungría, Rumanía y Suecia– colaborando en la movilización de aeronaves. Por su parte, Albania recibió apoyo aéreo de Croacia, Bulgaria, Italia, Chequia y Eslovaquia, mientras que Montenegro contó con recursos de Chequia, Croacia e Italia, además de apoyo bilateral de Serbia, Hungría y Bosnia-Herzegovina. Austria, además, desplegó equipos terrestres de bomberos.
El pilar de estas operaciones ha sido rescEU, la reserva europea de medios para la respuesta ante desastres, que ha permitido un despliegue rápido y coordinado en áreas donde las emergencias superan las capacidades locales. Además, el programa Copernicus de observación terrestre ha sido activado en Grecia, España y Bulgaria para proporcionar mapas satelitales de alta resolución, facilitando la detección de focos activos y la planificación de estrategias de ataque.
Los expertos coinciden en que la intensificación y simultaneidad de los incendios responde a patrones cada vez más evidentes relacionados con el cambio climático. Las olas de calor prolongadas, junto con la reducción de humedad en suelos y bosques, crean condiciones óptimas para la rápida propagación de incendios. La temporada de 2025 no solo se ha caracterizado por el número de activaciones del mecanismo, sino también por su amplia extensión geográfica, desde la península ibérica hasta los Balcanes.
A pesar de la gravedad de la situación, la respuesta europea ha puesto de manifiesto la importancia de la cooperación entre los Estados miembros. La rapidez del apoyo aéreo y terrestre ha sido crucial para contener focos que, de otro modo, podrían haber causado daños irreparables. De cara a futuros veranos, la Comisión Europea ha señalado la necesidad de ampliar la flota de rescEU, aumentar las capacidades de coordinación y reforzar los mecanismos de prevención, desde la gestión forestal hasta los sistemas de alerta temprana.
La activación récord del Mecanismo de Protección Civil en 2025 subraya que Europa enfrenta una nueva realidad climática, transformando un instrumento creado para emergencias puntuales en una herramienta estructural para hacer frente a fenómenos cada vez más recurrentes. Este verano constituye una advertencia que exige inversiones adicionales, mayor coordinación internacional y una estrategia más sostenible de adaptación al cambio climático.
vía: Diario de Castilla-La Mancha