En Madrid, famosa por su vibrante escena gastronómica y cultural, se encuentra un lugar que fusiona ambas experiencias de manera excepcional, brindando una vivencia inolvidable para quienes buscan algo más que una simple cena. Este destino es ideal tanto para sorpresas románticas durante San Valentín como para conquistar a los paladares más exigentes a nivel internacional.
Situado en el corazón de Hoyo de Manzanares y a escasa distancia de la capital, en la apacible sierra de Guadarrama, el Vagón de Beni emerge como un lugar culinario singular. Su historia comenzó en 1989, cuando Benito Celestino adquirió un vagón de madera de 1931, el cual ha sido meticulosamente restaurado y se ha transformado en uno de los restaurantes más encantadores de la región. Este vagón, que alguna vez transportó a Alfonso XII, ahora acoge comensales que desean disfrutar de una cocina refinada, en un entorno impregnado de historia y romanticismo.
El Vagón de Beni no es solo un restaurante; es un compendio de espacios que invitan a los visitantes a adentrarse en diferentes atmósferas. Desde La Chimenea hasta El Apeadero, cada rincón ofrece su propio carácter, incluyendo un elegante salón de té inglés y una terraza con vistas impresionantes, diseñado para crear momentos memorables.
La propuesta culinaria es igualmente destacada. Reconocido por la Guía Michelin, el restaurante presenta una carta que combina tradición y toques contemporáneos, con platos emblemáticos como las croquetas de carabinero, el bacalao confitado y el solomillo de ciervo con crema de castañas. Los comensales pueden optar por tres menús fijos: el Menú Ejecutivo a 35 euros, el Menú Gastronómico a 45 euros, o el Menú Degustación por 60 euros, que promete un auténtico viaje gastronómico.
Para quienes deseen una experiencia aún más exclusiva, el Vagón de Alfonso XIII ofrece el escenario perfecto para una cita romántica. Por 155 euros por comensal, este antiguo vagón es ideal para una cena especial en un ambiente íntimo y refinado, complementada con un ramo de flores o una botella de vino para enriquecer la velada.
Debido a su capacidad limitada y la alta demanda, es fundamental realizar una reserva con anticipación para garantizar una plaza en este restaurante único. A solo media hora de Madrid, el Vagón de Beni no es simplemente un lugar para comer; es un destino donde la historia, la gastronomía y el romanticismo se entrelazan, ofreciendo una experiencia verdaderamente inolvidable.