El histórico presidente de la Unión de Pensionistas de Cuenca, Heliodoro Pérez Ferrer, falleció este viernes a la edad de 81 años, dejando un legado imborrable en la comunidad. Nacido en 1943 en Beamud, Pérez Ferrer dedicó 25 años de su vida al bienestar de los mayores en la provincia, una labor que comenzó desde su niñez, ayudando a sus padres en la recolección de resina.
Con una vocación de servicio público inquebrantable, Heliodoro se unió a la Guardia Civil, recibiendo su primer destino en Alicante. Su carrera lo llevó a Carrascosa del Campo, donde conoció a su esposa, y posteriormente al País Vasco, donde sirvió durante los difíciles ‘años de plomo’ en el cuartel de Intxaurrondo, un período marcado por atentados constantes. Continuó su servicio en Orea, Guadalajara, junto a su familia, y luego en Valdaracete, Madrid. Sus últimos años de actividad los dedicó a la Intervención de Armas en Cuenca, donde ascendió hasta el rango de subteniente antes de su jubilación.
En su retiro, Heliodoro fue uno de los pilares fundacionales de la Unión de Pensionistas de Cuenca, institución a la que dedicó su tiempo y esfuerzo para mejorar la calidad de vida de los pensionistas en la región. Su dedicación y compromiso fueron reconocidos en 2018 con el premio Ciudad de Cuenca, y recientemente, fue homenajeado por sus compañeros al dejar la presidencia de la asociación.
Actualmente, sus restos se encuentran en el tanatorio de La Alborada, en la capital conquense, donde amigos y colegas rinden homenaje a un referente del activismo social y defensor incansable de los derechos de los mayores en la región. Su legado perdurará en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y trabajar junto a él.
vía: Diario de Castilla-La Mancha