Durante los días 15, 22 y 29 de noviembre se ha celebrado en Alcázar de San Juan el tercer curso de gestión de la seguridad agroalimentaria que promueve Cooperativas Agroalimentarias de Castilla La Mancha, con el respaldo de la Universidad de Castilla La Mancha. Una acción formativa en la que han participado alrededor de 120 personas, la mayor parte técnicos de las industrias alimentarias y estudiantes de Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
La alcaldesa alcazareña clausuró este curso que ha vuelto a situar a Alcázar de San Juan como centro regional, en este caso de la formación cooperativa. La primera edil señaló el importante avance que ha experimentado el sector agroalimentario en la región, principalmente por la integración cooperativa que está permitiendo aumentar la comercialización exterior de los productos castellano-manchegos, además de asentar población en los pueblos más pequeños cuya principal industria procede de este sector. En cuanto a la formación de las cooperativas señaló que «por fin nos hemos dado cuenta de lo importante que es estar formado y que esta formación sea continua, porque el sector agroalimentario está en evolución constante, especialmente en cuanto a etiquetados, normativa, nuevas tecnologías y seguridad alimentaria». Rosa Melchor consideró que la formación es «una apuesta de futuro» porque se traduce en buenos resultados para una de las industrias que mayor riqueza y empleo generan en Castilla La Mancha.
Por su parte, el presidente de Cooperativas Agroalimentarias, Ángel Villafranca, señalo la importancia que la seguridad alimentaria tiene de cara al consumidor; por lo que este curso viene a reafirmar y posicionar a la industria en el futuro. «Año tras año venimos haciendo estos cursos, que tienen una alta aceptación, ya que la seguridad alimentaria está en constante evolución y necesitamos buenos profesionales que la garanticen y adapten nuestros productos a las demandas de los consumidores y de la sociedad».
El curso ha contado con la participación de diferentes ponentes que han tratado temas como los alérgenos, la legislación de etiquetado y aditivos o el análisis de peligros y puntos críticos de control, entre otros asuntos. La responsable del departamento de Química Analítica y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Castilla La Mancha, Ana Isabel Briones, destacó que este tipo de cursos sirven para proveer herramientas a la industria agroalimentaria, a través de la formación de sus técnicos. «Cada vez es mayor la seguridad en los alimentos y las empresas de nuestra región trabajan bien, con mayor criterio y más herramientas. Aunque el riesgo cero no existe, como consumidores podemos estar tranquilos», señaló.