En un contexto laboral donde el estrés se ha convertido en una constante, la salud mental ha cobrado relevancia como un asunto imprescindible a considerar. La Fundación Juan XXIII, con más de 55 años de compromiso en la inclusión social y laboral de personas con vulnerabilidad psicosocial, ha intensificado sus esfuerzos por promover el bienestar emocional en el trabajo, coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental.
Recientemente, la fundación organizó una serie de actividades centradas en un evento titulado «Salud mental en el trabajo: personas cuidadas, empresas sostenibles». Este encuentro atrajo la atención de representantes de compañías destacadas como Louis Vuitton, Moeve, McCann Worldgroup y DHL. Durante el evento, se abordó la relevancia de cuidar la salud mental como un aspecto fundamental para la sostenibilidad y el éxito de las organizaciones.
En este marco, líderes de diversos sectores compartieron sus visiones y prácticas efectivas. Almudena Amparo Aguado, de Moeve, enfatizó que el bienestar laboral es un proceso que requiere atención continua y la participación activa de los líderes. Según Aguado, un entorno en el que los empleados se sienten valorados y comprendidos no solo propicia un clima laboral más saludable, sino que también refuerza el compromiso y el sentido de pertenencia.
Cristina González, de McCann Worldgroup, destacó la necesidad de crear espacios donde los trabajadores puedan expresarse libremente. Para ella, la atención a la salud mental es esencial para fomentar la innovación y la eficacia en los equipos, contribuyendo así a un ambiente de trabajo más creativo y comprometido.
Loren Mercado, de DHL, compartió el orgullo de su empresa, que ha sido reconocida como ‘Great Place to Work’. Mercado subrayó que, más allá de las certificaciones, su enfoque se centra en crear un entorno inclusivo y seguro, citando políticas como la desconexión digital fuera del horario laboral como un ejemplo claro de cómo cuidar el bienestar puede afectar positivamente la productividad.
Las investigaciones de la Organización Mundial de la Salud subrayan la gravedad del problema: las bajas laborales vinculadas a la depresión y la ansiedad generan pérdidas de 12,000 millones de días de trabajo a nivel global, lo que se traduce en costos billonarios para la economía. En Europa, las bajas por problemas de salud mental representan aproximadamente 620 millones de euros anuales, mientras que en España ese dato llega a casi el 1.7 % del PIB.
Priorizar la salud mental en el ámbito empresarial no solo se traduce en cifras, sino que también promueve un entorno laboral más humano, inclusivo y sostenible. La mesa redonda moderada por Nuria Mas reafirmó que cuidar de la salud mental no solo mejora el clima laboral, sino que también estimula la innovación y la rentabilidad, ofreciendo beneficios que van más allá de la oficina.
Además, para combatir el estigma asociado a estas problemáticas, la Fundación Juan XXIII lanzó la campaña «Nos hemos vuelto locos». Esta iniciativa emplea un enfoque irónico para reapropiarse de frases despectivas sobre la salud mental, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de escuchar nuestras señales y buscar apoyo cuando sea necesario.
En resumen, el enfoque en la salud mental en el trabajo no es una moda pasajera, sino una necesidad crítica en un mundo cada vez más demandante de empatía, resiliencia y sostenibilidad. Reconocer su importancia y actuar en consecuencia se convierte en una inversión clave para construir un futuro laboral más saludable y humano.