Albacete ha acogido la celebración del Día de la Región, donde el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha ofrecido una reflexión sobre la situación política actual en España. En su discurso, mostró preocupación por el relativismo que, según él, domina las sociedades occidentales y la política nacional, advirtiendo que estas tendencias podrían erosionar los valores y principios fundamentales.
García-Page destacó las virtudes de Castilla-La Mancha, a la que describió como una región «limpia, clara y sin complejos», afirmando que ha logrado salir de la periferia para situarse en el centro del panorama nacional. Criticó el «frentismo estéril» que caracteriza el actual entorno político y, a pesar de las tensiones existentes, aseguró que la economía regional está en un estado favorable.
El presidente también mostró su respaldo a las fuerzas de seguridad y al sistema judicial, enviando un reconocimiento a los representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y a la nueva presidenta del Tribunal Superior de Justicia, María Pilar Astray. Reiteró la importancia del trabajo de estos estamentos en la sociedad y se solidarizó con aquellos que, a su juicio, han sido objeto de críticas injustas en los medios.
En relación con la diversidad de España, García-Page subrayó la necesidad de solidaridad entre las comunidades, defendiendo que la Constitución no debe permitir privilegios territoriales. Afirmó que, aunque Castilla-La Mancha busca justicia y equidad, no permitirá que otras regiones obtengan ventajas que socaven el principio de igualdad.
Para concluir, reiteró su deseo de que el ambiente constructivo que define a la región se extienda al resto de la política española, enfatizando que en la práctica política «no todo vale». Este acontecimiento ha servido como un espacio para reflexionar sobre el futuro de Castilla-La Mancha y su rol dentro del conjunto nacional.
vía: Diario de Castilla-La Mancha