Bryan Zaragoza, una de las grandes promesas del Celta de Vigo, se encuentra en una situación complicada en Balaídos. A pesar de su llegada como un fichaje ilusionante, su rendimiento ha sido limitado hasta el momento, lo que ha generado preocupación en los aficionados. El extremo, adquirido por Marco Garcés, no ha podido adaptarse al sistema del entrenador Claudio Giráldez, quien ha implementado una rotación que, hasta ahora, no ha dado resultados positivos en LaLiga, dejando al equipo sin victorias.
Zaragoza ha ingresado al campo en momentos criticos, pero su falta de minutos regulares lo ha impedido destacar. A pesar de mostrar destellos de su calidad, el tridente esperado formado por Iago Aspas, Zaragoza y Borja Iglesias aún no ha tenido la oportunidad de brillar en conjunto. Los cuatro empates consecutivos del equipo han aumentado la inquietud entre los seguidores, quienes ansían ver un rendimiento mejorado.
Con la vista puesta en la Europa League, Giráldez parece decidido a continuar con su estrategia de rotación, lo que ha suscitado dudas sobre el rendimiento general del equipo. La falta de continuidad se convierte en un reto para Zaragoza, quien necesita más tiempo en el campo para adaptarse y ganar confianza en su juego.
El jugador, a pesar de contar con una pretemporada individual antes de unirse al Celta, se incorporó al equipo solo dos semanas antes del inicio de la temporada. Aunque el parón por fecha FIFA le brindó una ventana para mejorar su condición física, sus participaciones en el campo siguen siendo limitadas. Su versatilidad y contribuciones en goles y asistencias fueron claves en su etapa en el Osasuna, y es esencial que el Celta le brinde la continuidad necesaria para que pueda expresar su verdadero potencial en el terreno de juego.